018. Nico: Malo.

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Se comió al picaflor.

Me dice que yo soy más mala que él. Lo soy, es verdad, desde el momento en que me marche con él al Inframundo y perdí la noción del tiempo a tal punto que no se si ha sido una semana o una hora.

—Abre las piernas,— Murmura en mi oído.

Se aleja de mí, y espera.

Mis mejillas están rojas, mientras mis piernas se separan lentamente. Se desespera, y me obliga a abrirlas rápidamente, colocando cada pie en una esquina de la cama.

¿Hace cuanto tiempo estoy aquí?

Mis pechos desnudos, mi piernas abiertas, mi feminidad expuesta.

Estoy empapada, y él lo está mirando.

Con todo en exhibición ya ni siquiera sé si me importa no haber comido en todo este tiempo.

Sólo lo quiero a él. Mis pensamientos están nublados por él, por Nico.

Cierro los ojos y un jadeo sale de mi boca irritada cuando él introduce dos dedos en mi.

Cierro las piernas rápidamente, y siento sus dedos dentro de mi, aplastados contra mis paredes.

—Vamos, —Él se está riendo,— Abre,—Juega con mi pezón, lo tira un poco,— Quiero ver rosa.

—¿Q... Qué? —Estoy cubierta en sudor mientras sus dedos se retuercen dentro de mi.

—Te pones muy rosa cuando te exitas,— Responde él, acariciando mi rodilla,— Quiero verlo.

Está sin playera y con los pantalones abiertos, dejando su bulto sobresalir. No tengo idea cuando se vistió nuevamente, o cuál fue su motivo, pero realmente quiero que vuelva a estar desnudo.

Evito mirarlo al abrir mis piernas.

—Buena niña, Cass,— Sus dedos se quedan quietos dentro de mi, y antes de dejarme preguntar por qué, continúa hablando,— Quiero que hagas que mis dedos se muevan.

Voy a morir aquí.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora