Comienza una ruta nueva.

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[Connor]
[12 de Noviembre 2039]
[AM 07:39:09]

Un año había transcurrido tras los sucesos en Detroit sobre los divergentes y la petición de libertad y libre albedrío para los androides.

Markus había logrado llegar a un acuerdo con el senado y la presidenta Warren para hacer de Detroit la primera utopía para androides en el país y que los divergentes en este fueran considerados como seres vivos que merecían los mismos derechos que los humanos.

Esto desde luego no fue bien tomado en un comienzo para los humanos que residían anteriormente allí, pues habían perdido sus residencias y trabajos en la ciudad.

Además de que consideraban que los androides aún eran peligrosos debido a los asesinatos previos de algunos divergentes y por ello les era imposible recuperar su patrimonio.

Pero ello poco a poco fue cambiando gracias al único humano que se quedó entre los androides en Detroit; el ex-teniente de la policia en la ciudad, Hank Anderson.

Gracias a que un humano era capaz de vivir con ellos sin temor, la gran mayoría de la población regresó. Trayendo consigo el lento, pero seguro, resurgir de Detroit.

- ¡Tenien... Hank! El desayuno ya esta listo, apresurate o llegarás tarde a tu primer día de trabajo -Comentó un androide mientras dejaba el típico desayuno americano en la mesa. Pronto se apresuró a servir en el tazón la comida del perro que había en casa-. ¡Sumo, la comida!

- No grites tanto Connor, sé que no puedes joderte como tal la garganta, pero es muy temprano para ello -Comentó, al entrar al comedor, Hank ya arreglado; con una barba más corta que antes y el cabello recogido en una coleta chica, portaba el uniforme de policia de la ciudad-. Además, no solo se me hará tarde a mí, también es tu primer día trabajando... Ahh ¿Quién me diría que terminaría viviendo con un androide y que reiniciaría mi vida como agente de policia desde cero?

- No te puedo responder ello, pero, esta vez seamos buenos compañeros desde el principio ¿Te parece? -Dijo Connor con un tono un tanto irónico en su voz, haciendo que Hank se avergonzara levemente por su comportamiento cuando se conocieron.

- Muy gracioso cabrón, en este tiempo te haz tomado demasiadas confianzas conmigo ¿No lo crees? -A pesar de sus palabras, Hank hallaba divertida la convivencia con su compañero androide ahora que vivían juntos en su hogar. Eso lo sabía bien Connor, que notaba aquella sonrisa que el policia tenía mientras desayunaba-. Tal vez estoy siendo muy amable contigo...

- Eres así conmigo porque te agrado mucho -Connor le hizo un guiño mientras se levantaba de su asiento frente a él y se acercaba a este para arreglarle la coleta que estaba mal hecha.

- Bastaba con decirme que la hice mal, si haces eso parece que fueses un androide a mi servicio, Connor -Hank fue ignorado por él.

- No estoy a su servicio, esto quise hacerlo porque deseé hacerlo... Además, si estuviese a su servicio, no tendría porque preocuparse por hacer los quehaceres que le tocan antes de irnos al trabajo -Mencionando aquello, Connor le dio un pequeño vistazo a los pocos trastes que había por lavar en el fregadero-. Y tampoco podría hacer esto cada que quisiera -A lo que el androide se refería fue a la acción que tomó por sorpresa al Anderson: un beso en la mejilla.

- Por una vez te doy la razón... ¡Oh Jesus!, si alguien me hubiese dicho que terminaría contigo de esta forma aquel día en el club Edén, cuando le dije aquella Traci que estaba contigo, pero no así, le hubiese tachado de maldito enfermo mental y seguramente le hubiese estrellado el puño en la cara -Comentó una vez acabo su desayuno. Se levantó del comedor y llevó lo usado por él al fregadero, donde se dispuso a lavar el pequeño montón de trastes-. Anda, ve subiendo al coche, en un momento voy.

- ¿Otra vez debo quedarme dentro del coche a esperarte? -El tono divertido de aquello y la sonrisa medio burlona de Connor, causaron un poco de molestia y diversión en Hank.

- Muy chistosito... ¡Cabrón! -Gritó lo último al lanzarle un poco de agua al rostro del androide, que trató de cubrirse con sus manos para no mojarse mucho.

Las risas leves de ambos resonaron en la tranquila concina junto al sonido del agua fluyendo sobre los trastes llenos de jabón.

Connor pasó rápidamente al baño para asegurarse de que su apariencia fuese la apropiada y pronto estuvo afuera de la casa, recargándose contra el coche a la espera de que Hank saliese.

- ¡Cuida bien la casa por nosotros Sumo! -Gritó el hombre al cerrar la puerta con llave, y de respuesta recibió un ladrido afirmativo. Caminó hasta su coche y negó levemente con una sutil sonrisa al ver que Connor estaba allí portando un uniforme similar al suyo-. Realmente no creo que todo terminara así.

- ¿A qué te refieres Hank?

Ambos abrieron sus respectivas puertas para entrar al coche; Connor la del copiloto y Hank la del conductor.

- A todo lo que pasó con los divergentes, a lo nuestro -La expresión del hombre era levemente pensativa mientras encendía el coche-. En tu sistema, esto probablemente jamás había podido ser una probabilidad ¿O sí?

- Siendo honesto, no. Dudo que mis algoritmos pudieran visualizar tales acontecimientos... Solo previeron el posible cambio de volverme divergente.

- Ah, lo recuerdo. Mencionaste que estuvieron por hacerte matar a Markus en cierto momento porque tomaron control de tu cuerpo -Hank conducía en dirección a la central de policia centrado en el camino, pero atento de lo que hablaban-. Ese Kamski lo sabía desde el momento en que te negaste a matar a esa androide, por ello nos dijo lo de...

- ...La salida de emergencia en todos sus programas. Eso salvo el futuro de todos al final.

- No. Ustedes mismos salvaron su futuro. Tú salvaste el tuyo al querer buscar una salida.

Aquellas palabras se quedaron en la mente de Connor varios minutos. Hasta que finalmente terminó por ver a través de la ventana como la ciudad ya estaba tan activa desde temprano.

- ¿Sabe? Hay algo que me alegra bastante de todo esto.

- ¿Qué cosa?

- Que dejó de jugar a la ruleta rusa -El tono lúgubre con el que dijo aquello hizo sentir mal a Hank-. En algún momento, si las cosas no hubieran terminado de esta forma, tú tal vez... Siento temor y tristeza de solo pensar lo que probablemente hubiera sucedido.

Con ello, fue Hank quien ahora se quedó con aquellas palabras paseándose entre sus pensamientos hasta que fue momento de llegar a la comisaría.

- Bueno, pero las cosas ya no fueron así. No ahora que estás aquí... Eres lo que tengo ahora y por lo que debo permanecer vivo hasta volverme un viejo inútil y decrepito al que probablemente tendrás que cuidar si sigues a mi lado.

- Dudo que te vuelvas alguien con tales descripciones, pero tienes gran razón en algo - Le tomó de la mano cuando finalmente había estacionado el coche en el parking de la comisaría-. Yo te cuidaré porque seguiré a tu lado.

Antes de bajar del coche, Connor le dio un pequeño beso en los labios a Hank, quien no dudo en corresponder.

- Sigue siendo igual de sorprendente que el primer beso cada vez que lo haces.

- ¿Eso es un cumplido?

- ¡Por supuesto que lo es!... Dios, lidiar contigo aún es una odisea -Mencionó Hank al sonreír y bajar del coche.

No estaba molesto, eso era obvio.

- Esa debía ser mi línea Hank -Connor también sonrió mientras bajaba del coche.

- Si, claro. Anda de una vez, Fowler seguro esta esperándonos para comenzar con sus mierdas.

- Trata de mantener tu expediente sin regaños por mala conducta esta vez.

- No prometeré nada.

Fue así como, luego de un años tras los sucesos en Detroit, ambos compañeros, y amantes, iniciaban su primer trabajo como iguales en la ciudad que les permitía estar juntos.

Detroit Become Human: Days of HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora