—Yo estoy visitando a mi bella novia, para tener una cita—responde Alejandro con una sonrisa en su rostro.
—Ay, no—es lo único que dice Valeria viendo al chico parado en frente de ella con una gran sonrisa.
Valeria mira de un lado a otro a Alejandro, en una de sus manos tiene una caja de pizza con unas películas encima y en su otra mano sostiene un ramo de rosas rosadas.
— ¿Qué haces con tú vida, Alejandro?—pregunta Valeria y pasa una mano por su rostro sin poder créelo—Está muy loco.
—Por ti, claro—responde Alejandro y suelta una risa—Ten estás lindas rosas, bella dama.
Valeria lo ve mal.
—Contigo no se puede—dice Valeria y recibe las rosas—Son muy bonitas, gracias.
No pudo evitar que un leve sonrojo se alojara en sus mejillas.
—Entonces... ¿Puedo pasar?—pregunta Alejandro después de largos segundos donde los dos se miraron fijamente.
—Claro, ya que, ya estás aquí—responde ella moviéndose a un lado para que el chico pase.
Alejandro mira alrededor, se da cuenta de que no hay mucho ruido en la casa.
— ¿Estás sola?—pregunta el chico volteando a mirarla, se fija en que Valeria está usando un short de pijama y un suéter azul claro— ¿No tienes frío?
Valeria voltea y ve que Alejandro la mira, se acuerda de que lleva solo unos shorts de pijama y por instinto cruza sus piernas como si eso las cubriera, un leve sonrojo crece en sus mejillas cuando se fija que el chico miraba sus piernas.
—No estoy sola, Kenia está arriba—luego baja la mirada hacia la ropa que tiene puesta—Y no, no tengo frío.
—Serás la única persona que no tiene frío, afuera está casi que por nevar—exagera Alejandro.
—Eres muy exagerado—dice Valeria con una sonrisa en su rostro.
—Por lo menos mi exageración no es tan grande como tú ego—le responde Alejandro con diversión.
—Touché—agrega Valeria con una mano en el pecho.
Los dos quedan en silencio unos segundos donde no hay incomodidad, pero Alejandro rompe ese silencio.
—Ahora si, a lo que vine querida dama—empieza el chico a hablar con una sonrisa de oreja a oreja—Vamos a tener una cita, como novios.
— ¿Estás enfermo?—pregunta Valeria con fingida preocupación.
—No, bueno eso creo—niega él—Tendremos una cita. Pero no será como esas de ir al cine, comer helado o cualquier otra cosa así.
—Entonces ¿De que será la cita?—pregunta la chica cruzándose de brazos.
—De nosotros dos viendo alguna película aquí, en tú casa, mientras comemos esta deliciosa pizza y hablamos de la vida—responde Alejandro con rapidez.
Valeria se le queda mirando aún con los brazos cruzados y con su expresión seria.
—Me parece bien—dice al rato con expresión relaja y encogiéndose de hombros—Tener una cita con la persona que estás cumpliendo una apuesta para demostrar que el amor no existe. Lo normal.
El chico se ríe de las palabras que acaba de decir Valeria.
—Estás muy loca. Eres tan tú—dice Alejandro aún riéndose.
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21 Días Para Amar ©
RomanceAlejandro no cree en el amor. Valeria tampoco. Van a tener 21 días para demostrarle a Shaday, la mejor amiga de ambos que el amor no existe. Al ya odiarse por años creen que será muy fácil hacer esa apuesta, tienen todas la de ganar, bueno o eso pie...