Cap. 12 El Partido De Mi Vida.

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Desperté a las siete de la mañana. Siempre despierto temprano cuando hay partidos.

Me levanté y me fui al baño. Me metí a la ducha y dejé correr él agua sobre mi cuerpo. En eso, siento que se abre la puerta. Volteo y veo a mi amor desnudo.

-¿Me puedo bañar contigo amor?-

-Ven, métete.-

Se metió y comenzó a refregarme la espalda, mientras yo me refregaba el cuello. Luego, me empecé a refregar las piernas. Ahí, me dio vuelta y me apoyó en la pared.

-Me estas haciendo adicto a tú sexo.- me dijo con su voz ronca. Yo sonreí al ver que su amigote estaba erecto.

-¿Eso es bueno o malo?- le pregunté coqueta.

-Para mí, es buenísimo.- apenas terminó de decir eso y me hizo suya.

Hacer el amor con él era maravilloso...

Cuando acabamos, dejamos que el agua corriera por nuestros cuerpos saciados de placer.

Nos salimos de la ducha y nos vestimos. Ya era tarde y teníamos que ir a buscar a las chicas para partir al estadio.

Cuando estábamos listos, nos fuimos al estacionamiento el edificio y nos subimos al auto.

Llegamos a mi casa, porque tenía que pasar a buscar ropa. Prácticamente estábamos viviendo juntos con Mauro.

Al entrar, mi madre se me acerca y me abraza.

-Hija, ¿Cómo has estado?-

-Bien mamá, ¿y tú?-

-Extrañandote mucho. ¿Dónde has estado?-

-He estado con Mauro en su departamento. Usted tranquila que no me va a pasar nada malo.-

-Si tu lo dices... Pero sabes que cualquier cosa, puedes llegar aquí.-

-Sí mamá, tranquila.-

Después de charlar, me fui a mi cuarto a recoger algunas ropas. Luego, me despedí de mi madre y me fui hacia el auto.

-¿Qué pasa amor?- me preguntó Mauro al verme llorar.

-Nada.-

-Por algo lloras amor.-

-Por nada Mauro. Vamos que se hace tarde.- le respondí, secandome las lágrimas.

Encendió el auto y partimos a buscar a cada una de mis amigas.

Cuando las recogimos a todas, nos fuimos más que rápido al estadio porque a Mauro se le había hecho tarde.

Llegamos al estadio y mi amor nos ayudó a ingresar a nuestro sector.

-Ya mis niñas, me tengo que ir a los camarines. Nos vemos luego del partido.- les dijo a mis amigas.

-Bueno. Te vamos a alentar todo el partido.- le respondieron ellas.

-Gracias.- y mirándome me dice -Pequeña, me llamas cuando ya estén en sus asientos para saber dónde vas a estar.-

-Bueno mi vida. Juega como sabes jugar. Te amo.- le di un beso y se fue.

Nosotras nos fuimos a nuestros asientos y yo llamé a Mauro.

-Cariño, estoy en medio de en medio.-

-¿Cómo es eso?-

-Que estoy justo en el medio del sector.-

-Bueno mi niña. Nos vemos.-

Colgué y veo la hora. Sólo faltaban cinco minutos para que empezara el partido.

Pasaron los cinco minutos y empezaron a salir los jugadores. Distinguí de inmediato a Mauro. Se veía hermoso con su camiseta y su short blanco. Todos se fueron a sus lugares y el arbitro dio inicio al partido.

Mi verdadero platónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora