Desperté a las siete de la mañana. Siempre despierto temprano cuando hay partidos.
Me levanté y me fui al baño. Me metí a la ducha y dejé correr él agua sobre mi cuerpo. En eso, siento que se abre la puerta. Volteo y veo a mi amor desnudo.
-¿Me puedo bañar contigo amor?-
-Ven, métete.-
Se metió y comenzó a refregarme la espalda, mientras yo me refregaba el cuello. Luego, me empecé a refregar las piernas. Ahí, me dio vuelta y me apoyó en la pared.
-Me estas haciendo adicto a tú sexo.- me dijo con su voz ronca. Yo sonreí al ver que su amigote estaba erecto.
-¿Eso es bueno o malo?- le pregunté coqueta.
-Para mí, es buenísimo.- apenas terminó de decir eso y me hizo suya.
Hacer el amor con él era maravilloso...
Cuando acabamos, dejamos que el agua corriera por nuestros cuerpos saciados de placer.
Nos salimos de la ducha y nos vestimos. Ya era tarde y teníamos que ir a buscar a las chicas para partir al estadio.
Cuando estábamos listos, nos fuimos al estacionamiento el edificio y nos subimos al auto.
Llegamos a mi casa, porque tenía que pasar a buscar ropa. Prácticamente estábamos viviendo juntos con Mauro.
Al entrar, mi madre se me acerca y me abraza.
-Hija, ¿Cómo has estado?-
-Bien mamá, ¿y tú?-
-Extrañandote mucho. ¿Dónde has estado?-
-He estado con Mauro en su departamento. Usted tranquila que no me va a pasar nada malo.-
-Si tu lo dices... Pero sabes que cualquier cosa, puedes llegar aquí.-
-Sí mamá, tranquila.-
Después de charlar, me fui a mi cuarto a recoger algunas ropas. Luego, me despedí de mi madre y me fui hacia el auto.
-¿Qué pasa amor?- me preguntó Mauro al verme llorar.
-Nada.-
-Por algo lloras amor.-
-Por nada Mauro. Vamos que se hace tarde.- le respondí, secandome las lágrimas.
Encendió el auto y partimos a buscar a cada una de mis amigas.
Cuando las recogimos a todas, nos fuimos más que rápido al estadio porque a Mauro se le había hecho tarde.
Llegamos al estadio y mi amor nos ayudó a ingresar a nuestro sector.
-Ya mis niñas, me tengo que ir a los camarines. Nos vemos luego del partido.- les dijo a mis amigas.
-Bueno. Te vamos a alentar todo el partido.- le respondieron ellas.
-Gracias.- y mirándome me dice -Pequeña, me llamas cuando ya estén en sus asientos para saber dónde vas a estar.-
-Bueno mi vida. Juega como sabes jugar. Te amo.- le di un beso y se fue.
Nosotras nos fuimos a nuestros asientos y yo llamé a Mauro.
-Cariño, estoy en medio de en medio.-
-¿Cómo es eso?-
-Que estoy justo en el medio del sector.-
-Bueno mi niña. Nos vemos.-
Colgué y veo la hora. Sólo faltaban cinco minutos para que empezara el partido.
Pasaron los cinco minutos y empezaron a salir los jugadores. Distinguí de inmediato a Mauro. Se veía hermoso con su camiseta y su short blanco. Todos se fueron a sus lugares y el arbitro dio inicio al partido.
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Mi verdadero platónico
FanfictionEstá es la historia de una típica adolescente que pasa por ese período dónde se enamora de alguien imposible! Pero la suerte de ella puede cambiar con tan sólo doblar la esquina!