020. Cassandra: Engañada.

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Y los sentimientos del picaflor no tenían motivo de ser distintos,

-¿Donde estabas?, -Le pregunto,- Estaba muy preocupada por ti.

Apareció por nuestro jardín favorito en el Olimpo, e intentó escabullirse hasta su dormitorio. A veces parece olvidar que soy, literalmente, una diosa todopoderosa.

-Lo siento, -Mira al suelo,- No sé... perdí la noción del tiempo en la ciudad mortal.

-Estas castigada, -Le digo, sin querer darle más vueltas al asunto.

-Si, mamá.

La dejo marcharse y libero el aire retenido. Se supone que le creí, la hago creer que le creí y al día siguiente haré como que olvide su castigo, e intentaré alegrarla.

El día está cerca, el día en que ella sabrá la verdad y tendrá que escoger entre una cosa o la otra.

Él, probablemente, la enamoró y le pintó mil y una historias hermosas de lo que harán cuando estén juntos, además la debe hacer sentir bien consigo misma de esa forma en la que los amantes te hacen sentir bien.

Pero yo tengo algo a mi favor que él no. La conozco desde que nació, le di la eternidad, la he cuidado desde que nació y la cuidaré por siempre. La he observado y la conozco a la perfección, cosa que él no puede hacer. Él debe aprender de ella por medio de lo que ella diga, pero ella no se conoce por completo, no cómo yo lo hago.

Le miento a mi hija mucho, para conservarla a mi lado. Dejo pasar muchas cosas que me preocupan porque son peligrosas, digo que no importa, y que puede hacer lo que quiera.

Y ella me cree.

Cometí un error, pero nunca dejaría que Nico se llevara a Cassandra. Me repito constantemente que mientras ella no coma las semillas de granada en el Inframundo todo estará bien.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora