Ella
Oficialmente, vivo sola.
Creo que puede ser para bien este cambio, digo... Este extremo cambio. Morgan a sido mi amiga desde los 9 años, ambas tenemos 10 más ahora, creo habíamos culminado nuestro tiempo de estar juntas siempre, pero no es como que ahora se case con él, o como que ya no seremos amigas, eso si... Nada será como antes.—¿Que bebes enana?
—Vamos, no soy tan enana.
—Algo.
A mi consuelo, Morgan no era la única amiga que tenia. Todos los chicos sabíamos que estos dos ya estaban viviendo juntos, así que como tengo tan buenos amigos, algunos de ellos me invitaron a salir, y es uno de nuestros primeros amigos aquí: Zachary.
—¿Y Cody?
—Ah —hace gestos— Y esta algo ocupado con una nueva chica con la que esta saliendo.
—¿En serio? —abro mis ojos impresionada.
—Hmm —asiente dando un sorbo a mi jugo verde— Esta cosa sabe a puro césped —lo escupe.
—Que asqueroso —hago gestos— Dame lo —intento arrebatarlo.
—Nah-ah —lo niega— Compra algo decente.
—Ya Zach —niego.
—¡Compra algo decente! —grita.
—¡No me dirás que comprar!
—¡No te digo que me hagas caso, solo algo decente!
—Chicos, su orden —él mesero nos ve asustado con nuestras ordenes en mano.
—Ah, si, deje las aquí —sonrió rápidamente.
Él chico deja las cosas rápido y hace una reverencia para retirarse, Zachary y yo miramos al chico y luego a nosotros para evitar reírnos.
—Eso fue malo.
—No fue mi culpa que escuchara.
Después del almuerzo, Zach y yo fuimos a Disneyland “según” para animarme, ya que a como él me ve, soy como su hermanita menor, bueno, mejor dicho: Morgan y yo somos sus hermanitas menores, lo cual era cool, porque siempre nos protegían y nunca, pero nunca, nos harían daño, además, los cuatro tenemos una extrema confianza, sabemos que entre nosotros nunca pasará nada.
—No puedo creer que me hayas literalmente, obligado.
Recién nos habíamos bajado del auto y ya iba discutiendo con Zach.
—Vamos, calla y camina, que yo pagare todo.
Lo miro a los ojos y comienzo a caminar. Llegando casi a la entrada Minnie llega y nos da orejas iguales a la de ella a cada uno y dos globos, a lo que Zachary la mira extraño, pues... Zachary, no es niña.
—¡Vaya si que es hermoso! —corri un poco adelante dando le la espalda emocionada.
—Lo bueno que no querías venir —grita desde mi espalda.