Los fandoms de AppleNeko :3

The Last Of Assassins ΩPromoΩ

Esta historia la promocioné en un grupo de Karmagisa y apenas tengo esta mierda 😹💔. Ya casi tengo el primer capítulo, lo juro. Empezara como el videojuego, con la fiesta de cumpleaños. Tristemente, Nagisa no aparecerá hasta el tercer o segundo capítulo que escriba, pero me aseguraré de hacerlo memorable ;y. Sin más, hipeense con esta promo :3.

Edit: en este universo, no hubo secundaria Kunugigaoka, hay UNIVERSIDAD KUNUGIGAOKA

*BUM*

Bueno, ya uwu. El punto es que la clase E nunca existió, basicamente. Koro-sensei anda por ahí, ya están haciendo experimentos con él, y no se preocupen, aquí será como desean a su jefecita, eterno uwu. Y creo que eso es todo, me pareció importante hacer ese apunte. Ahora sí, disfruten de la promo uwu.

🔪🔫🗡️☠️😈🔪🔫🗡️☠️😈🔪🔫🗡️☠️😈🔪🔫

Nagisa estaba escuchando atentamente por alguna persona que pasara por ahí. Su agudo sentido del oído le permitía sentir las frecuencias de otros, pero le era más sencillo viéndolos a la cara para descifrar sus estados de ánimo. Karma se dio cuenta de esta habilidad muy prontamente, así que su trato con Nagisa para ayudarle era darle señas casi inaudibles para que Nagisa le ayudase en cualquier asunto.

Sus señales consistían en Karma susurrando un silencioso "¡Ahora!" y cuando Karma aventaba la botella o el ladrillo al enemigo, Nagisa disparaba en dirección al sonido.

Ambos estaban en aquella casa en ruinas, usándola como un refugio temporal debido a que necesitaban perder de vista a unos ladrones que los querían ver muertos.

-Una lástima que perdimos el auto.

-¡SHHH!

-Karma, ya no escucho a nadie más. Me encargué de los intrusos mientras hacías ruido arriba.

Karma le miró un tanto molesto. Aún no se acostumbraba a que el chico con aspecto tan delicado en frente de él fuese mejor peleando. O matando, mejor dicho. Nagisa y Karma sabían que el primero nunca ganaría en una batalla cuerpo a cuerpo entre ellos dos, pero si ambos se dispusieran a asesinarse entre ellos, sería una historia completamente diferente.

Sin embargo, había un asunto en el cual Nagisa era inexperto.

-Aún no sabes de lo que son capaces las personas.

-¿Y tú cómo estás tan seguro? Casi tenemos la misma edad.

Ambos sabían que Karma estaba en lo cierto. Pero ambos dejaron el tema en paz.

-Deberíamos irnos. Si los otros entran, estaríamos en problemas.

Navisa no respondió, se quedó mirando silenciosamente a la puerta detrás de él. Karma le miró confundido ya que él no entendía la vigilia repentina del otro.

-Karma, chasqueadores. Mejor vámonos.

Karma captó rápidamente el mesaje y salió detrás de Nagisa de la manera más silenciosa que le fue posible.

Esa era otra cosa que le molestaba del chico. Quizás fuese alguien inmune al virus, pero estaba seguro de que no era inmune a un balazo en la cabeza o a que le arranquen a mordiscos la carne del cuello.

Cuando salieron de la casa, entraron por unas tablas sueltas para abandonar el lugar y moverse a una zona segura. En cuanto llegaron a sentir el ambiente en estado pacífico, Karma dejó salir un suspiro intentando recuperar el aliento después de darse cuenta que en todo ese tiempo contenía su respiración.

Realmente, el llevar a Nagisa al otro lado del maldito país era una tarea difícil y estresante.

-Karma, mira.

Nagisa señaló un tanto emocionado a una pequeña ardilla que buscaba alimento. Karma no pudo evitar sonreír, sintiendo que esa persona estaba ablandando la armadura que rodeaba a su corazón. Armadura la cual creó después de la muerte de su novia.

Pero esa pequeña persona enfrente de él estaba logrando entrar a su corazón y lo hacía un lugar mucho más acogedor. Un paso más cerca, un sentimiento más cercano, una relación más próxima entre ambos. Se estaban volviendo más íntimos con cada día y cada aventura que pasaba.

Karma suspiró y empezó a imitar a la ardilla, buscando provisiones y cosas que pudieran usar como armas. Como dicen los más pesimistas, otro día, otro problema. Y desde que el cordiceps tomó la mente de la mayoría de la población humana, esa era su mentalidad diaria. Aunque Nagisa le enseñó a enfrentarlos de la mejor manera posible.

Ya faltaba menos, sólo tenían que aguantar hasta el final. Y el sentimiento de poder con cualquier reto que estuviera en su camino mientras ambos trabajasen juntos era mutuo.