Historias de vinilo.

1.  Líneas paralelas.

El silencio reinaba en la habitación, las ventanas cerradas, la puerta con cerrojo, todas las plumas, lápices y cuadernos apilado en una esquina del escritorio junto a la computadora portátil que ahora mismo se encuentra apagada y cerrada. Changmin se recuesta contra la silla acojinada, se estira y bosteza, cierra los ojos mientras se restriega los parpados con cansancio, inhala y exhala con vehemencia, se le escapa un gemido ahogado de cansancio, se masajea las sienes con calma.Comienza a dormirse en su lugar y da un respingo cuando el celular vibra sobre la madera del escritorio, abre los ojos de golpe quedando cegado por un momento, luego estira la mano hasta dar con el teléfono, tiene un mensaje nuevo, pasa saliva cuando sus ojos reparan en el nombre del autor del mismo: Yunho Hyung.

 La pantalla parpadea como si le estuviera desafiando a algo y Changmin se muerde el labio inferior con ansiedad, repiquetea en la mesa con los dedos, suspira una ultima vez antes de abrir el mensaje. 

Jung Yunho: ¿Cena, luego de las 10?

 Es un texto breve pero le provoca un vuelco en el estomago, vuelve a leerlo con detenimiento, pero no encuentra nada más, son simples palabras, es una oración clara y breve. Se pasa la mano libre por el cabello peinándolo hacia atrás. Deja el celular en el escritorio con una mueca de fastidio, comienza a formarse en su cabeza la imagen de si mismo frente a la TV con una cerveza fría en la mano, ausente de todo lo que pueda provocarle arrancarse el labio a causa de tantos mordiscos ansiosos. El celular vuelve a timbrar, esta vez abre el mensaje sin mirar si quiera el nombre del remitente. 

Jung Yunho: ¿Están bien tus manos o son las de un tiranosaurio rex que no alcanza el teclado? Responde. 

Changmin suspira mientras sonríe aun contra su voluntad, comienza a sentirse mareado, su Hyung es un caso, toma el teléfono en las manos, le da un par de vueltas con los delgados dedos y se pone de pie, camina con parsimonia al armario, en su bolsillo su teléfono vuelve a vibrar, él cierra los ojos con fuerza y lucha contra su instinto de aventar el artefacto directo contra la pared mas cercana, mejor aun de chocarse la cabeza contra ella. Abre las puertas del armario y toma una camisa azul cielo, baja una parca negra y va por los pantalones grises más cómodos que tiene, se comienza a desvestir ahí mismo, se ve en la necesidad de sacar el teléfono del bolsillo, abre le nuevo mensaje de su Hyung. 

Jung Yunho: ¿Es por lo de Dubai?

Tira la cordura por la ventana de su noveno piso y quiere correr el mismo para lanzarse al vacío, en su lugar toma aire. Se deja caer sobre el suelo a medio vestir y se sienta con las piernas cruzadas, rasca distraídamente la nuca y siente la cara caliente, percibe como sus orejas comienzas a acumular calor, teclea rápidamente- En la cafetería de siempre, a las 10- y no se da tiempo de pensar demasiado, presiona la tecla de enviar y se deja caer en el suelo tibio ahogando un suspiro a la vez que gira de un lado a otro –Soy un adolescente- se reprocha con indignación. 

Esta poniéndose los calcetines cuando se queda quieto sobre la cama y se deja caer sobre el colchón, su mirada se clava en el techo, se siente tan abrumado, tan vulnerable, trata de recordar cuando fue la ultima vez que creyó que iba a morir por una sobredosis de ansiedad provocada por alguien más. Las imágenes, los recuerdos se agolpan en su mente, uno detrás de otro, como una secuencia de cortos que le nublan el juicio, se ve a si mismo en el bar del hotel junto a sus compañeros de la SM, se recuerda contemplando a Jung a lo lejos, le recuerda bailar y de pronto él se esta bebiendo el Whisky de un trago y caminando directo donde su Hyung se mueve. Se lleva las manos al pecho con un quejido, ojala algo le hubiera detenido, a su favor estaba un setenta por ciento ebrio cuando decidió que era buena idea moverse al compas del mayor.