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No la pasaba bien junto a ellos, mi madre claro no se esteró. No podía ni pronunciar las palabras con las que me describían.

Fue así como llegué a esa casa blanquiazul, sin saber que se convertiría en algo más grande que yo, que albergaría a personas que llegaría a amar, que se comería mi frustración y me vería crecer.

Color canela y toda una damita, así te recuerdo. Un año después de que callara en las clases.

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