Capítulo 24

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El sonido de los disparos aumentaron su adrenalina, aceleraron su corazón incitándolo a matar, a ver la sangre esparcida por el pasto.

El tiroteo por su parte comenzó acertando cada bala que salía de sus armas.

Una sonrisa tenebrosa tomó lugar en su rostro al ver todos esos cuerpos agonizantes cayendo como gotas de lluvia, más su pañuelo lo ocultaba como un ataúd oculta a un muerto.

Una vez acabados los primeros enemigos, recargó sus armas y volvió a la acción.

Corrió hacia los árboles haciendo más difícil que le pudieran apuntar, mientras que el acababa con ellos sin mayor esfuerzo como si se tratara de un juego de niños. Los enemigos se frustraban y actuaban precipitadamente sellando el papel de sus muertes.

Salió cuando solo quedaban tres novatos, el temblor de sus manos al apuntarle los delataban.

Se acercó a ellos sacudiendo sus rizos de un lado a otro, perfectamente empapados por la lluvia y el sudor propio.

Uno de los chicos disparó, más Harry fue aún más rápido y lo esquivó para luego dispararle en la cabeza al chico.

—Dos piedrecillas en mi camino —se llevó una mano detrás de la cabeza y soltó el pañuelo, el cual cayó al suelo sin más.

El segundo chico lanzó balas continuas dándole mayor oportunidad a Harry de esquivarlas como si de un baile en festival se tratara.

Un puñetazo directo a su nariz lo mandó directo al suelo dejándolo medio inconsciente. Para finalizar con su mala suerte le disparó sin más en su cuello.

—Sabes muchacho —le habló al chico restante, quien se mantenía escondido detrás de sus dos compañeros antes de morir— yo era como tú, temeroso, frágil, pero existe una importante diferencia; un día me deshice de todo eso y me convertí en el asesino más buscado de todo el mundo —sonrió mirándolo—. Esa es la diferencia entre tu y yo, el frágil muere y el fuerte sobrevive, malgastaste tu oportunidad de vida cuando alzaste tu arma contra mí —dijo dándole la espalda lentamente, para luego girarse a la velocidad de la luz y acabar con la vida del último chico de un disparo.

Lo próximo fue que Harry apareció en el campo de visión de Zayn, dirigiéndose hacia el oeste.

Caminaba muy tranquilo, hombros relajados y una postura correcta, digna de admirar.

Pero no todo era lo que parecía, no todas las balas habían sido esquivadas, varias atravesaron su cuerpo, el cual se encontraba herido y lleno de sangre. Más Harry se mantenía firme y totalmente relajado, como sí se tratara de simples rasguños.

Se detuvo al estar frente de el gran grupo que protegía a su maldito progenitor.

Este hizo presencia segundos después pasando entre la gente.

—Acabaste con mis hombres en menos de veinte minutos... —rió— No esperaba menos de ti.

Pero al parecer no has salido ileso.

—No estoy aquí para una charla simpática. ¿Qué mierdas quieres?

—Cuida ese tonito... ¿O a caso es que quieres que le vuele la cabeza a tu niño?

Harry tragó sus palabras como pudo, su expresión era indiferente, más sus ojos decían la maneras en la que quería descuartizarlo y quemarlo.

—Sabes que te estamos buscando, los de la Interpol te están buscando y yo soy parte de ellos. Nada personal —rió— solo quería acabar a un asesino con pena de muerte. Pero, vine a darte una oferta especial... Al nadie conocer tu rostro y tu nombre puedes usar eso a tu favor y como general de la fuerza armada de la Interpol, me gustaría que trabajaras para mi —sonrió mirándolo de manera obscena.

—Metete tus asquerosas ofertas de mierda por el culo, maldito.

El hombre frente a él simplemente sonrió.

Harry levantó su arma y disparó al suelo mientras con la otra comenzaba a dispararle a los demás hombres presentes.

Zayn captó la señal inmediatamente y comenzó el tiroteo, acabando con los infelices como gotas de agua.

Desmond no contaba con eso y al darse cuenta de que Harry tenía ayuda se cabreó aún más, su equipo estaba siendo arrasado en segundos.

Sacó su arma y la colocó en la cabeza del menor, ya cargada, con el índice en el gatillo.

Harry de detuvo en seco y por instinto Zayn también.

—¿Por qué te detienes? ¿A caso no querías matarme o es que quieres castigo como antes?

Louis lloraba en silencio, lloraba por todas las muertes de inocentes personas las cuales obedecían ordenes y hacían su trabajo.

Miraba a Harry y la expresión en su rostro le partía el alma.

El silencio reinó en el lugar, las gotas de lluvia salpicando en el suelo era lo único que se apreciaba.

De pronto el sonido de un motor y hélices se hizo presente y en la cara de Desmond se dibujo una sonrisa.

—Esto se acabó niño.

Disparos de dicho helicóptero eran dirigidos a su dirección y esto lo obligo a retroceder.

En su rostro apareció una mueca de dolor cuando por el movimiento brusco su cuerpo tuvo un fuerte tirón en su costado herido.

Una escalera apareció en el helicóptero y una chica adulta bajó por ella con mucha habilidad.

La mujer llevaba protección en todo su cuerpo y lo único visible eran sus ojos.

Ojos verdes...

—Bienvenida hija mía —Habló el hombre sosteniendo aún el arma en la cabeza de Louis.

—Padre —respondió seria.

—Que descortés soy... ¿Gemma recuerdas a tu hermano menor?
Aquel mocoso que corría por tu habitación y rompía tus lindas muñecas... Aquél hijo de la mujer del prostíbulo...

—¡Cállate! ¡No mi madre de esa manera maldito!

Desmond sonrió.

—Él es Harry, Gemma.

La chica asintió guardando silencio, su postura recta la hacían ver prepotente, pero nadie notó la pequeña lágrima que escapa de su pañuelo, nadie más que Louis.

(...)

KIDNAPPED [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora