Capítulo 17

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(Spencer)

Despierto con las manos y piernas atadas a una silla en una habitación sin mantenimiento, asquerosa, sinceramente da mucho asco, trato de recordar lo que pasó por que en realidad es muy complicado.

Cuando llegue a la cabaña de campo que queda ubicada a 30 minutos de mi casa, la cual mi padre compró hace años y hemos acostumbrado a ir de vez en cuando. Decidí ir al lago y pensar un poco, al llegar observo cómo los peces se al compás de la corriente, escucho un ruido y me volteó.

No veo a nadie y en realidad todos los árboles a mi alrededor no me permiten observar con claridad.

Me levanto a buscar mi teléfono ya que lo dejé en mi auto y mientras camino siento una rama romperse así que me asusto y me pongo en posición de batalla, tengo varios años de experiencia en el Boxeo y artes marciales a mano.

De los árboles salen muchos hombres con capuchas y realmente fuertes, así que decido corre hasta mi auto.

Corro lo más fuerte que puedo pero no es hasta que tropiezo con una estupida rama lo que me hace detener, uno acelera El Paso y me atrapa, me susurra algo en el oído mientras me apunta con su arma.

-Te encontré querida-. Después de decir aquellas palabras trato de soltarme de su agarre, pero no lo logro y me noquean fuertemente en la cíen por lo que quedo inconsciente

Volver a recordar ese momento me da rabia y lucho con las sogas que me tiene retenidas una vez más lo que hace un
Ruido.

-Despertó-. Escucho esa voz áspera que proviene de la oscuridad

El frío se vuelve dueño de mi cuerpo, observo cómo sale de la oscuridad y se posa frente mío, tiene la cara cubrida con un pasa montañas de color negro.

-Tan bonita y tan estupida-. Dice mirándome directo a los ojos, mi respiración se torna pesada y la rabia me carcome dentro y fuera

-Tan imbecil y tan cobarde-. Contrataco mostrando mis dientes en una perfecta sonrisa

-Sabes fue mucho tiempo en lo que te busque, muchos momentos en los que añore tenerte aquí, lastima que no pude haberte matado en el momento que mate a tu amiga- habla quitándose el pasamontañas y descubriendo, permitiéndome ver su cara y reconociendo al bastardo frente mío

-Eres tú-. Susurro observándolo

-Sabes fue muy estupido de tu parte alejarte de tu zona segura, gaste mucho de mi tiempo en volver a buscar tu rastro Spencer Rae-. Habla con una sonrisa

-Eres un bastardo, te odio tanto-. Hablo con puro odio en las palabras

-La persona que tienes que odiar es tu querido padre, debería de estar protegiéndote y no lo hace-. Habla antes de reírse

-De que hablas-. Digo poniendo en dudas mis anteriores palabras

Me observa con una sonrisa hasta que decide acercarse más a mi, pasa su mano por mi cabello el cual está regado en mi cara.

-Tu querido padre mató a mi esposa, lamentablemente tu serás mi venganza, odio tener que matar a una preciosura como tú-

-Ya veremos si logras matarme- Masculleo

Se aleja sin responder y pierde su cuerpo en la oscuridad, se escuchan unas puertas abrirse y cerrarse.

Doy un gran suspiro de frustración y mentalizó lo que acaba de decir, no puedo creer que mi padre cometiera tal cosa, el solo es dueño de una empresa.

Sin darme cuenta una pequeña lágrima sale de mis ojos y pasa mojando mi mejilla, pienso en lo preocupado que debe estar mi padre y familia.

Odio no poder defenderme o hacer algo, Marcos y yo asistimos a una academia de defensa en armas blancas y negras, se usar la mayoría de armas a la perfección al igual que Marcos.

Encienden la luz permitiendo que todo el sitio se ilumine, veo a un hombre moreno con altura bastantemente exagerada y con una m14 en las manos, me observa sin expresión alguna por lo cual se me viene una idea.

-Necesito ir al baño

Duda varios minutos en responder hasta que me mira tan profundamente que puede lograr traspasar todos mis pensamientos.

-El jefe tiene que dar orden que te puedan sotar

-Pues habla con tu jefe y dile que necesito ir al baño- Hablo de manera cortante

Sale por la puerta y dura varios minutos hasta que entra nuevamente con otro hombre, se acercan a mi y uno de los hombres suelta mis manos las cuales están rojas al agarre tan fuerte de las sogas, sigue con los pies hasta que termina y agarra mis manos mientras el otro hombre me apunta en la espalda.

Me guían hasta una pequeña puerta la cual al empujarla parece un estrecho baño, el primer hombre suelta mis manos y me hace señas para que entre, lo hago mientras trato de buscar el interruptor para encender la luz ya que no veo nada, después de varios minutos de intentos fallidos el primero decide ayudarme.

Después de encender la luz me dan un pequeño empujón para entrar, volver y cierro la puerta, ellos me observan con frialdad y uno habla diciendo que solo tengo 5 minutos.

Veo a mi alrededor y hay un espejo roto, lo observo varios minutos y decido tomar un pequeño pedazo para escapar o defenderme.

-Date prisa

-Dame un minuto

Tres ComponentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora