Sólo para mí

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Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mí, son propiedad de Horikoshi Kohei. 

Ilustración de la portada: https://www.pixiv.net/member.php?id=1189618

Créditos también a Cyn, una amiga de Facebook que me hizo la portada <3

Es la primera vez que escribo YamiGogo, en serio que es difícil escribir de personajes de los cuales se tiene sólo la información más básica. Y sí, sé que Gogo se llama "Katsuki" también aunque sea el prototipo, pero prefiero llamarlo Gogo >:c 


Últimamente, Yamikumo ha tenido problemas para estar cerca de Gogo. Ni si quiera él sabe la razón, pero es como si tenerlo cerca le causara algún tipo de repudio. ¿De dónde venía ese sentimiento? Era difícil expresarlo o ponerlo en palabras, puesto que Gogo no le había hecho nada. Sólo decir que esto comenzó con el inicio del nuevo año escolar.

Ver a Gogo sonreírle tan animadamente a todos, verlo hablar tan vehemente hasta con chicos de otros cursos, verlo ser una persona tan fácil con la cual entablar una conversación y una amistad. Gogo no se tardaba en ser rodeado de gente en la escuela.

No me importa

Se decía para sí mismo Yamikumo, queriendo evadir el hecho de sentirse dejado de lado por Gogo en el curso de héroes. Lo complicado que ya se le hacía si quiera respirar cerca de él por toda la gente que le rodeaba.

- ¿Yamikumo-kun? – Una fémina voz sacó al muchacho de cabello alborotado de su mente.

- ¿Sucede algo, Yuu? – Yamikumo no levanta la cabeza de su pupitre, escuchar voces al unísono y entre ellas, la de Gogo, le pone en peor estado.

- Has estado decaído toda la clase. ¿Estás bien?

- Sí, no te preocupes. – Su voz era opacada por las demás que había en el salón, ya que, el maestro aún no llegaba.

Se oyen unos pasos acercarse, Yuu se hace a un lado y da espacio para que el rubio pueda hablarle a su amigo.

- ¡Hey, Yamikumo! – Dice con un tono simpático. - ¿Por qué tan deprimido? Vamos, tu aura oscura podría llenar todo el salón. – Se ve que quiere hacerle mirar al frente, pero el muchacho no tiene ni la más mínima intención de alzar la vista.

Se oye el ruido de la puerta deslizándose, el maestro hace acto de presencia en la clase y todos corren a sus asientos. La clase inicia, recién ahí Yamikumo deja de estar acostado en su pupitre, sube su cabeza y realiza las actividades normales.

Las clases terminan de forma cotidiana. Como es sábado, los chicos se retiran temprano. Yamikumo es el primero en salir, esto provoca cierta sospecha en Gogo, quien lo sigue desde lejos. El muchacho está algo preocupado, Yamikumo lleva unos cuántos días ignorándole, tampoco se van juntos a casa y Yamikumo siempre tiene excusas para que Gogo no pueda ir a visitarle a su hogar. Todo esto puso en alerta a Gogo, quien esta vez iría a casa de su amigo incluso si este no le deja pasar, de todas formas la mamá de Yamikumo lo dejará entrar igual.

Gogo espero a que su amigo entrase a casa y luego fue con una sonrisa a toca la puerta. La madre del chico de cabello alborotado recibió al muchacho con mucho entusiasmo, puesto que hace mucho no lo veía.

- ¿Cómo has estado? ¿Vienes a ver a Yamikumo? Acaba de entrar en su habitación, no creo que vaya a salir pronto de ahí. – Se deprimió un poco al decir eso.

- No se preocupe, tía. Sólo bastará con que vaya a saludarlo y lo haré reaccionar.

Dirigiéndose a la pieza del chico encerrado, Gogo no tuvo nada de tacto al momento de entrar.

- ¡Yamikumo! ¡Respeto tu privacidad ignorándome durante estas últimas semanas, pero reafirmo mi autoridad como amigo de la infancia invadiendo tu casa y habitación de todos modos!

- ¿¡Gogo!? ¿¡Qué haces aquí!? – Yamikumo pegó un salto de su cama por el estruendo que hizo el rubio al llegar.

¿Enojado? No. ¿Sorprendido? Quizás, el chico de cabello alborotado, quien ha estado evadiendo en lo más posible a Gogo, ya no tiene ninguna forma de huir en este momento, así que tendrá que explicarle todo a su amigo, incluso si eso significa sonar como un estúpido por lo egoísta que será su confesión.

Yamikumo se siente extraño, las palabras no salen de su boca, ver a Gogo delante de él, mirándole como siempre, con esa sonrisa que nunca deja de estar presente. Esa sonrisa que ya no le muestra sólo a él, sino que a todos. Es por esa alegría en su rostro que ha estado raro. Porque es algo que comparte con el mundo y que no puede ser monopolizado por alguien.

- ¡Estoy celoso! – Soltó por fin Yamikumo. Después de tantas semanas aguantando ese sentimiento en sus adentros, por fin fue capaz de decirle directamente a Gogo por lo que estaba pasando. – Todo el mundo te rodea en la escuela. Tú les sonríes a todos, esa sonrisa que de pequeños sólo me la mostrabas a mí para sacarme de la oscuridad. Para sacarme adelante a pesar de ser un quirkless. – Los ojos del chico se humedecieron. Al sincerarse de esta forma, se desbordan todos sus sentimientos. – Desde que comenzamos la preparatoria, todo lo que veo es a ti con otras personas. Tan amistosos contigo, tan cercanos a ti. Siento que te arrebatan de mi lado. ¿Es egoísta de mi parte pedir tanto?

Gogo en silencio se acercó a Yamikumo, tocó gentilmente su mejilla y apartó el cabello que cubría sus ojos.

- Era eso.

Cerró sus ojos y en un imprevisto movimiento, sus labios pasaron a estar sobre los de Yamikumo, quien por pura involuntariedad alejó a Gogo de él, empujándole de la forma menos agresiva que pudo.

- ¿Gogo? – Cubriendo su boca, Yamikumo también puso una distancia, todavía trata de asimilar lo que está sucediendo. Acababa de ser besado por su amigo de la infancia, por un chico. En el fondo sabe que está feliz, pero quizás todavía se sienta egoísta por recibir este trato debido a sus celos. Está pensando que Gogo lo hace para olvidarse de eso, sin embargo, es todo lo contrario.

- ¿Acaso crees que yo no he estado celoso de Yuu-chan? Desde que comenzaste a ignorarme, Yuu-chan es la única que da vueltas a tu alrededor. Tampoco es justo para mí que me hayas hecho pasar por eso. Mirándote desde lejos, sentirme celoso de mi propia amiga. Fue difícil para mí también.

- ¿Entonces los dos estuvimos pasando por lo mismo? – Yamikumo se limpió sus ojos con una de sus mangas. Las lágrimas se terminaron desbordando un poco luego de ese pequeño beso.

- Al parecer sí. – Gogo volvió a acortar la distancia entre ambos. – Quizás no puedas tener mi sonrisa para ti y yo tampoco pueda tenerte completamente para mí. – Su cabeza se posó justo en el hombro de Yamikumo. – Pero ya con esto deberían terminar nuestros celos. Si sentimos los mismo, está bien estar así.

- Si tú lo dices. – Tomándole la mano y entrelazando sus dedos, los chicos volvieron a juntar sus labios para otro beso, este un poco más largo que el anterior.

Los celos de ambos eran por situaciones distintas bajo sus perspectivas, no obstante, ambos sentían exactamente lo mismo, celos por ver aquello que más amas con otros.


Fiu, espero les haya gustado este cortito One-shot, como dije, es para una actidad de Facebook, pero que más da, compartirlo en todas mis webs donde tengo fanfics también lo valen <3

Sólo para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora