Capítulo 42. (penúltimo)

921 90 27
                                    

Abigail.

De un momento para otro, me vi envuelta en una de las situaciones más horribles de mi vida.
De pasar al buen rollo, bailando con Simón, Villa y Noah, nos vimos todos implicados en la pelea entre Isaza y Pedro, provocada por Cam.

Mi amiga estaba en pleno ataque de ansiedad, viendo como los dos chicos con los que había tenido algo y que eran amigos, se insultaban por ella, no paraba de llorar, y Noah y a mi, solo se nos ocurrió apartarla de allí, necesitaba calmarse.

Fuimos las tres a fuera de la casa, a una zona del jardín donde apenas había nadie, decorada con unas preciosas luces, unos pequeños sofás blancos y donde la música se escuchaba bastante baja.
Nos sentamos las tres allá, y Camila poco a poco comenzó a relajarse.

-Creo que lo mejor es que nos vayamos de aquí. - propone Noah. -Voy a avisar a Villa que nos lleve a casa. -anuncia Noah y va a buscar a Villamil.

Tanto a Camila como a mi nos parece buena idea, tenemos ganas de marchar.
A los 10 minutos, aparecen la pareja y nos vamos los cuatro hasta casa en taxi.
En el trayecto, voy a avisar a Simón de que voy para casa, y es cuando veo que tengo un mensaje de él diciéndome que se ha ido con Isaza.

-Voy a acompañar a Noah. -nos dice Villa a Cam y a mi, cuando estamos en el portal.

-Me harías un gran favor, no me gusta ir sola por la calle a estas horas.-le responde ella con una sonrisa traviesa, haciéndonos saber a Camila y a mi que Villa iba a hacer mucho más que acompañarla a casa.

-Muy bien, tengan cuidado. -les digo con segundas.

Cuando ellos dos se marchan, Camila y yo subimos para casa, vamos directas hasta su habitación, y allí mi amiga se derrumba otra vez y comienza a llorar.

-Cariño, calma, por favor. -Le pido, no me gusta ver a las personas que quiero sufriendo.

-Abi, soy una estúpida! -grita con rabia, mientras llora sin parar.

-Calmate, por favor, no eres ninguna estúpida, somos humanos, y los humanos cometemos errores. -Le digo para intentar consolarla, pero no vale de nada, ya que solo llora más.

-Ey, ¿que ocurre acá? -pregunta la mamá de Simón entrando a la habitación.

-Creo que le está dando un ataque de ansiedad. -Le contesto a Juana, al ver a mi amiga cada vez más alterada.

Ella se aproxima hasta nosotras, y sacando su lado profesional de psicologa, ayuda a calmar a mi amiga.

-¿Quieres contarme que te ha pasado? -Le pregunta muy dulce.

Camila, que ya ha dejado de llorar, le explica toda la historia, desde que comenzó a hablar con Juan Pablo, sus sentimientos que cada vez han ido a más, lo ocurrido con Alicia, sus idas y venidas y la aventura con Pedro, que sólo ha fastidiado más todo.

-Creo que lo que te hace falta es poner distancia, alejarte de Juan Pablo y de Pedro, verles a ambos cada día solo te va a hacer más mal que bien. -Le aconseja Juana, una vez mi amiga termina de hablar.

-Lo había pensado, volver a Barcelona quizás es lo mejor. -deduce mi amiga.

-Me da mucha pena que te marches, pero después de lo de hoy, quizás si es mejor. -la animo.

-Así podrás pensar más claro lo que quieres, aunque por lo que me has dicho, tu estás muy enamorada de Juan Pablo. -Le dice directa Juana.

-No te lo voy a negar, pero sé que una relación con él será complicada... -admite Camila.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora