T3. Episodio 2, parte 1.

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Amelie por primera vez se sentía plena. Le había pedido a su padre que le enmarcara la foto de su mamá , y esta la colocó sobre su mesa de luz. El rostro de su madre era muy parecido al de ella, casi igual. La única diferencia era el cabello y los ojos: Rebecca tenia cabello rubio y ojos marrones y Amelie era la perfecta mezcla entre Sherlock y Rebecca, pelo oscuro con toques de rubio y ojos entre marrones y verdes.

Todos estaban felices por la niña, ya no tan niña. Si bien su cumpleaños número dieciséis fue bastante agitado, la parte positiva era que había perdido su miedo a las alturas, o un poco al menos.


Una hermosa tarde de septiembre, Amelie y Rosie buscaban en la computadora algo que John no podía descifrar. Se acercó a ver y pudo observar dos ventanas abiertas.

- ¿Cambridge y Oxford?

-Si, debo buscar una universidad ahora. - Respondió Amelie. - Solo que no me decido cual.

- Debes mandar solicitud a ambas. No sabes si vas a ser elegida. Y tampoco sé si podemos pagarla.

- ¿Crees que, siendo la hija de Sherlock Holmes, teniendo un tío en el gobierno, sin contar mi inteligencia no me aceptarían? Serían unos idiotas por perderme. - En eso, se abre la puerta del departamento y entra Sherlock disfrazado de payaso, con un pantalón gigante. La confusión llenó el rostro de los demás. John se dirigió a la cocina con la típica mirada que pone cada vez que su amigo hace algo extraño. Las niñas siguieron observándolo. Él les mantuvo la mirada, se movió algo incomodo, sacó una pequeña pelota de sus pantalones y la tiró hacia sus hijas. Estas gritaron asqueadas.

- ¡Papá! ¿Por que tuviste que tirar una pelota que estaba en tus calzoncillos?

- ¡Qué asco, Sherlock!

- ¿Oxford o Cambridge? SI quieres estudiar ciencias te conviene Cambridge. Y si quieres humanidades Oxford. Te darían una beca completa, estoy seguro. Ahora si me disculpan, tengo que sacar mas pelotitas de donde vino aquella.


Alrededor de las seis de la tarde, Greg Lestrade llamó a la puerta de Baker Street. La familia tomaba un té, tranquilos en la cocina. El detective inspector entró en ella y dijo:

-Tenemos un caso. Y en serio que necesito su ayuda. - Sherlock pidió que se lo explicara. - Encontraron un cuerpo en una casa abandonada cerca de Reading. No tenía signos de violencia, y deducimos que fue envenenada.

- ¡ABURRIDO! - Exclamaron los Holmes al mismo tiempo. Ambos se miraron extrañados.

- ¿Mencioné que es parte del plan de un asesino serial?- Mintió. Todos los que se encontraban en la mesa se levantaron dispuestos a seguir al detective.

- Hubieras empezado por ahí- Exclamó Rosie, dándole palmaditas en el hombro.

La casa donde estaba el cuerpo se caía a pedazos. Por poco que se mantenía en pie. Para la mala suerte de la familia de detectives, Anderson y Donovan participaban en el caso. Sherlock susurró un "Ni siquiera les voy a hablar" y entró en la casa.

Lo primero que les llamó la atención a los Holmes era el estado del cadáver. Una mujer de unos cuarenta y cinco años, pelo rubio, acostada boca abajo con los brazos hacia arriba y, lo mas interesante, toda vestida de negro.

-No quiero adelantarme en nada, pero creo que el mismo asesino la vistió de negro. - Dijo Amelie con poca confianza.

-Tenes razón. El asesino quería específicamente que la muerta esté vestida de negro. - Confirmó Sherlock.

Mientras los Holmes examinaban el cadáver, los Watson daban vueltas por el lugar buscando alguna pista. Rosie alumbraba con una linterna las paredes. Y encontró algo. Con guantes puestos, corrió una de las tablas de madera.

-Amm... Creo que van a querer ver esto. - Era un compartimiento donde había pegadas fotos de mujeres, algunas tachadas, pero, sobre todo, arriba de ellas se leía la palabra "Rache"

- Esta vez no es Rachel. - Murmuró John.

-Es una maldita lista negra- Exclamó Amelie.

- Creo que ya se cómo le vas poner a este caso, papá. - Rosie observaba a las cinco fotografías. - Estudio en negro.

Sherlock caminaba por su departamento intentado pensar con tranquilidad. Alguien estaba imitando los casos mas famosos de su carrera, los mas visitados en el blog de John. Por otro lado, Amelie intentaba no pensar. Temía que la persona que los imitaba era BlackWhite y eso le asustaba. Sherlock corrió a buscar una bolsa de evidencia con las fotos.

-Sherlock no puedes llevarte la evidencia de un caso, por Dios. - Rezongaba John.

-Shhh, no me molestes. Bien, - Dijo sacándolas de la bolsa y acomodándolas todas boca abajo. -Cada una tiene la inicial del caso copiado. Tres imágenes ya están tachadas: EER, Estudio En Rosa; EBC, El Banquero Ciego; EGJ, El Gran Juego. Solo quedan LCR, La caída de Reichenbach; y EST, El Signo de Tres. - Con estos últimos, John hizo una mueca. El caso donde su amigo" moría" y el de su casamiento lo ponían nostalgico de solo recordarlo.

-Es decir, mandemos a la Policía a buscar cuerpos de dos mujeres, una con disparo y una flor de papel negra en la garganta y otra...- Rosie se detuvo pensar. - Si una bomba hubiese explotado ya lo sabríamos.

-Puede ser que el asesino no copiara los atentados sino los casos que mi padre tuvo que resolver para evitarlos. La mujer del Botox, Carl Powers, el guardia del museo, pero no creo que sea el del hombre con el auto con sangre. ¿Qué? Leí el blog como quinientas veces.


Al día siguiente, John recibió un mensaje de Lestrade el cual contaba que habían encontrado el cuerpo con la flor en la boca y una mujer envenenada a través de un medicamento, lo mismo que Carl Powers.

Luego de un par de horas, los Holmes-Watson debieron salir corriendo hacia una fabrica abandonada. En esta, yacía el cuerpo de una mujer, también de negro, rodeada por envolturas de caramelos.

-Sea quien sea que esté haciendo el trabajo, - Comenzó la sargento. - Imita a la perfección las muertes. - Sherlock la ignoró y se puso a buscar pistas el cuerpo.

- Avanza rápido. No creo que podamos salvar a la quinta mujer, si ni siquiera la identificamos. A esta la mantuvo cautiva. - El detective abrió los ojos como hace cada vez que algo le llama la atención. -El asesino evolucionó. Uy... Esto se vuelve más divertido.

- ¡¿Qué?!- Dijo Anderson, tan idiota como siempre.

- ¡Que el juego ha empezado!


El resto de la tarde fue muy tranquila. John escribía un poco sobre los casos anteriores; Amelie seguía decidiéndose si estudiar para ser detective o letras; Rosie leía arriba y Sherlock hacía vaya a saber qué en la cocina. Pero la tranquilidad se perdió de un momento para otro:

Rosie bajó las escaleras, pálida y enojada. Se acercó a su hermana y le preguntó de mala manera:

- ¿Vos le dijiste al chico que me gusta, que yo gustaba de él?

-No. - Respondió Amelie, tranquila pero extrañada.

-Mentirosa. Si le contaste. -

De la nada, Rosie se abalanza contra su hermana y comienza a pegarle mientras las lagrimas caían de sus ojos. John separó a sus hijas y la apartó a Rosie a un costado.

- ¿¡Qué estas haciendo?! Estas castigada por un mes. ¿La golpeaste así por qué contó un secreto? Esta no sos vos. - Rosie subió otra vez a su cuarto llorando. - ¿Estas bien, Ami?

-S-si. - El doctor tomó un paño y curó el corte que tenia la niña en la mejilla.

- ¿Con que te cortaste, Ami? - Preguntó Sherlock unos segundos después.

- ¿No viste lo que pasó, la pelea? -

- ¿Qué pelea? Estaba en mi Palacio Mental.

- Olvídate, papá. ¿Puedo dormir en el sillón hoy?

Sherlock 2 : Las Historias De Amelie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora