Siete

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Mark esperaba pacientemente en aquel restaurante, cada dos minutos revisaba el reloj y bueno, estaba claro que había sido su culpa llegar una hora antes de la que había acordado con Jeno.

'Jeno siempre ha sido puntual, faltan diez minutos, por lo que no debe tardar..' pensaba el canadiense sin despegar la mirada de su reloj.

Exactamente diez minutos después, apareció Jeno con un traje rosa palo y muy bien presentable frente a Mark.

El mayor de ambos se perdió unos cuantos segundos en la mirada del menor. Sus ojos no se podían observar con claridad ya que mantenía una sonrisa enorme en el rostro, pero aún así, Mark se perdió en esos ojos oscuros.

- ¡Hyung, hola! - saludó Jeno sacando al canadiense de su trance.

- Hola, Jeno. - contestó de inmediato levantándose de su lugar y dándole un gran abrazo a su amigo.

- Ya extrañaba verte, hyung. - sonrió el menor de ambos. - Tengo tantas cosas que contarte. - dijo tomando asiento.

- ¿De verdad? Yo también. - rió con nerviosismo.

Jeno lo ponía nervioso.

- ¡Oh, dios! Te ves muy bien hoy, Mark Hyung. - halagó Jeno, haciendo que el mayor se sonrojara notoriamente.

- G-gracias, tú te ves fantástico. - Jeno rió.

- Siempre me veo fantástico. - habló con superioridad, haciendo reír al canadiense.

- Ya te pareces a Haechan. - el menor rió.

- Convivir con él me ha hecho daño.

'Demonios, amo esa sonrisa que hace que sus ojos desaparezcan por completo.. Es tan lindo y satisfactorio verlo sonreír de esa manera... ¿Qué me has hecho, Lee Jaeno?'

- ¡Oh! Casi lo olvidaba. - captó la atención del mayor. - Como hoy es mi día libre, y casualmente el de Renjun también, le pedí que nos acompañara a comer. - la sonrisa de Mark fue desvaneciendo poco a poco.

¿Renjun? ¿Qué se supone que hará Mark con Renjun ahí?

El objetivo de esta cena era acercarse a Jeno de otra manera, y con Renjun ahí era imposible ejecutar algún movimiento.

Su plan se había ido a la mierda.

- ¿Hyung? ¿Estás bien? - preguntaba Jeno preocupado.

- Si, estoy bien. - contestó sonriendo falsamente.

- ¡Oh por dios! Lamento la tardanza, el jefe me pidió que llevara a su hija a la clase de ballet y me retrasé. - el chino llamó la atención de los dos chicos en la mesa. - Hola, amor. - saludó Renjun a Jeno plantando un delicado beso en sus labios. - ¡Mark Lee! - alardeó abrazando al mayor, que por cierto, no cargaba una buena cara.

- Mhm, hola Renjun. - sonrió falsamente.

- ¿Jisul no molesto demasiado? - preguntó Jeno riendo.

- Lo de siempre, burlándose de mi y queriendo coquetear a la vez. - ambos negaron.

- ¿Tienes jefe? - pregunto el canadiense sorprendido. Mark sabía de que Renjun era actor, y los actores no tienen jefe.

- Oh, si, estudié una carrera corta estos últimos años y ahora soy parte del corporativo de una empresa aquí en Corea. - sonrió enormemente.

- Woooah, felicidades, Ren. - sonrió el canadiense.

- Gracias, Markurie. - se rió.

- Si, aparentemente es parte del corporativo, pero en realidad es el lamebotas del presidente. - habló Jeno mientras le daba un sorbo a la copa de vino que había dejado el mesero.

Don't Leave ↯ TaeDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora