Capítulo 6: Una loca neurótica compulsiva chupa almas.Zachary.
— Nada como una fiesta luego de una semana de mierda. ¡Fiesta!.
— Sabemos el porqué de tu alegría, Spen. Vas a ver tus culos a sabiendas de que se va a emborrachar y se meterán en el agua desnudas— Josh golpea su hombro—. Estás mal, amigo.
Me separo de ellos en busca de alguna bebida sellada que pueda beber con la certeza de que en ella no encontraré ninguna mierda. Josh odia el alcohol y las drogas, en cambio yo, no tolero el té por motivos que me gusta mantener sólo para mi persona. Ambos conocemos los motivos, lo que implica y no tolero siquiera tenerlo cerca.
Al ver esta tarde a Caramelo se me ocurrió la brillante idea de darle unas lecciones sobre la manera indicada de abordar a un chico tomando como excusa la fiesta, por ende, debo conocer sus debilidades y fortalezas aunque todavía no dejo de pensar en cómo alguien que tuvo novio debe verse en la obligación de recibir lecciones de seducción cuando se supone, Sean debía encargarse de traspasar esas barreras: el sexo, los besos, los coqueteos... No soy un hombre que le guste permanecer en duda. Soy curioso, tal vez demasiado, pero ya es parte de mi naturaleza y nadie puede cambiarlo así que, esta noche voy a matar esa duda a como de lugar.
Cuando por fin llego al puesto de bebidas me encuentro con los hermosos ojos de Caramelo y lo único que se refleja en ellos es pánico, que termina por ser sustituido por alivio al verme; tenía un vaso rojo entre sus dedos que apretaba muy fuerte, a tal grado que se notaban arrugas en él. No llevaba nada se maquillaje más que un poco de brillo labial que hacía brillar sus labios ante las luces colocadas de manera estratégica por alguna de las chicas.
Nunca llevaba nada más y esa es una de las cosas que me gustan en una chica. Mamá me enseñó que menos es más y que al momento de elegir una chica debía tomar en consideración la cantidad de maquillaje que usaba pues es la "manera" Que utilizan las mujeres para ocultar su verdadero ser, como una capa protectora contra el mundo exterior, sin embargo, ella no lo usaba a pesar de ser la reencarnación de la inseguridad femenina.
No es como esas que cuando te las llevas a la cama lucen radiantes pero, al día siguiente, parecen hijas de Frankenstein, irreconocibles.
Me acerco con una mirada de aprobación que parece calmarla un poco pues lleva una minifalda con diversas figuras que Eve llama estampados y un abrigo holgado amarillo que la verdad le sentaba muy bien, sencillamente lucía increíble.
Comienzo a sentir cosquillas en los dedos ante el deseo de tocarla y eso nunca me sucedía pero el verla a sabiendas del sin fin de inseguridades que la agobian me hacen querer abrazarla y decirle que todo pasará porque la veo como mi pequeña hermana menor a la cual debo proteger de los depravados sexuales.
Técnicamente la vi crecer.
Al ir todo el tiempo a su casa la veía con sus tiernas colitas chuecas porque Max no tenía ni la menor idea de como hacerlo, quizás esa es la razón por la cual me entran ganas de estrecharla entre mis brazos.
— Hola, Caramelo.
— Skyler— pasa la mano por su pelo que se alborota por la brisa—. Te voy a matar por arrastrarme hasta aquí. No puedes darme un exámen cuando no me has enseñado nada.
— Que me corrijas no hará que deje de decirlo.
— Skyler, Skyler, Skyler.
— Caramelo, Caramelo, Caramelo.
Rueda los ojos dejando el vaso en una bolsa de basura; tomo una Coca-Cola de la nevera y le pego un largo trago.
— ¿Qué tomabas?.
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CLUFF
RomanceSkyler Dallen no es el estereotipo de la chica delgada y sexy que camina por los pasillos del instituto, sin embargo, forma parte del grupo de los populares. Pero esto no quiere decir que sea la tímida, la mala o la falsa. Ella pensaba que no podía...