Love Me {Dipper Y Tu}

Capítulo 32 (2/3)

Tardamos media hora en llegar, pero lo hicimos.

Candy y Grenda nos esperaban en la entrada del lugar. Hacía muchísimo tiempo que no iba de compras, y hacerlo con ellas estoy segura que sera muy divertido.

Decidieron entrar a una tienda de zapatos. Empezaron a mirar todo y a pedir de todo lo que hubiera en su talla.

Mabel se estaba probando unas plataformas realmente lindas. Y, como estaban en liquidación, algo me dice que las usara seguido.

—¿Y tu que llevarás _______? —preguntó Candy y señale una caja en la que se podía leer el logo de Converse.

Ellas me miraron como si estuviera haciendo una broma de mal gusto.

—¿Qué? ¿Creen que en vez de negras deba llevar rojas? —bromeé.

—¿No te llevaras nada para tu cumpleaños?

—¿Qué parte de "reunión simple" no entendiste?

—¡Alto! —grito Grenda—. Debes llevarte algo elegante, por los Noroeste.

—¿Y eso por qué...?

—¡AY ES VERDAD! —exclamo Mabel y me aturdieron—. Si Dipper es novio de Pacífica, entonces de seguro nos invitan al baile otra vez.

—¿Me van a explicar que carajo es el baile ese...?

—¡Tu calla y presta la pata! —exclamo Candy enojada y la miré con terror, para luego obedecer.

Comenzaron a pedirle zapatos a la señorita que nos atendía como si mi vida dependiera de ello. Y al parecer, mi vida si lo hacía porque eran mas exigentes que mi madre.

Las quiero tanto.

Luego de que decidieran por mi (que divertido) dejaron dos pares de zapatos frente a mi.

Ambos eran de azul oscuro y eran plataformas, lo cual me agradaba un poco. Nunca fui de usar zapatos y menos tacones.

Tacones, zapatos... ¡Tengo una gran idea!

—Quiero esos de ahí —dije, señalando una repisa junto a la vidriera donde se podían ver unos tacones medianamente altos de color negro.

—¿Estas segura? —pregunto Mabel y yo asentí—. De acuerdo ¡queremos esos!.

Me los pasaron para que los pruebe. Eran de esos tacones con la punta del pie descubierta.

Uy, alguien tiene que arreglarse las uñas ¿eh _____?

Me puse de pie y me sorprendi al ver lo comodo que era. Aún que me costaba un poco caminar con ellos, podria aprender sin ningún problema.

—¡Te quedan increíbles! —anunciaron las tres al mismo y sonrei.

—Llevare estos... Y las zapatillas —ellas suspiraron y la señorita asintió.

Luego de aquella parada, seguimos a Grenda hasta una tienda de regalos por un regalo para su madre.

Y junto a esa tienda había una...

—¡LIBROS! —no pude evitar gritar y correr adentro de la librería.

Me dirigí a la sección de lectura juvenil y casi lloro al ver tantos títulos y tan poco dinero en mi billetera.

¿Por qué?

Fui a la Aplicación de "notas" en mi teléfono y entre a la lista de los libros que quería.

Si, hice una lista. Y crece siempre.

—¿Tienen Iskari de Cristen Ciccarelli? —pregunte viendo mi lista.

La chica asintió y fue atrás para luego volver con el libro negro y rojo.