Taehyung tenía una cita en el psicólogo en la tarde, así que Yoongi se encargó de lavar los trastes del desayuno y ordenar un poco la cocina en lo que el castaño se metía a bañar y escribía en su diario.

El pelinegro estaba desde hace un rato, recargado en la mesa del comedor, esperando a que su amigo estuviera listo para así acompañarlo a su sesión de terapia.

Los fines de semana en definitiva eran rutinarios y eran suyos, totalmente suyos; a Yoongi le encantaba pasar dos dias completos acompañado de esos granos de café que lo miraban intensamente, aquel borboteo que salía de la garganta al reír y sus grandes, pero finas manos rozándolo, acariciándolo y tomándolo.

-Ya estoy listo, hyung.- el castaño apareció en la entrada a la cocina con una enorme sonrisa cuadrada.

Yoongi sólo asintió, desviando la mirada al sentirse mareado por aquella calidez que lo recorría cada que veía aquellos labios estirándose de cómica manera.


-Me ha comenzado a doler la cabeza. Tomaré algo para el dolor y nos iremos.


Taehyung con mirada preocupada asintió.


-Deberías de ir a doctor, hyung. 


Yoongi giró a verlo con una sonrisa en los labios y revolvió su castaño cabello. 


-Lo haré si te parece bien. 


Taehyung le devolvió la sonrisa y asintió, feliz de cuidar de su mayor.


Sin decir nada ambos salieron y caminaron hasta llegar al edificio donde Tae estaría una hora.


-Hyung...- el castaño llamó de repente en voz queda, haciendo que su amigo detuviera su andar.


-¿Sí?.- Yoongi lo miró intrigado


El castaño jugaba con sus manos y la mirada baja.


-¿Puedes... Puedes darme un abrazo?... Por favor.- alzó la mirada para encontrar la de Yoongi.


El pelinegro sintió su corazón apretarse. Le dolía que Taehyung sintiera que debía pedir permiso para que lo abrazara. 

Cuando el mayor asintió y se acercó a Tae, éste abrió sus brazos y de un paso extinguió la distancia entre sus cuerpos, sus brazos fueron al cuello de su hyung, y los de su hyung a su cintura. Ambos apretaron su agarre, con sus mejillas tocándose, sintiendo su corazón cubierto por un manto de infinita incertidumbre, ansias y amor. 

Al separarse, Tae deslizó sus manos por los brazos, hasta llegar a las manos de Yoongi, tomándolas delicadamente y susurrando un "gracias" caminó al edificio que lo esperaba.






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-Buenos días, Taehyung. ¿Quieres un poco de té?.- la joven rubia de sonrisa encantadora le extendió una taza azul con una flor dentro.


-Gracias.- Tae tomó la taza con ambas manos y se sentó en la silla frente al escritorio de su psicóloga.


-Veo que llegas temprano... ¿Alguna razón en especifico?- preguntó mientras sorbía de su taza, sin despegar la mirada el castaño que ahora se encontraba viendo sus manos.


-Yoongi hyung me trajo.- se limitó a contestar con una sonrisita que de pronto se borró. 

La rubia hizo un sonido de afirmación, y luego de dejar la taza sobre un platito en su escritorio, esperó.


-En... En realidad...- Taehyung mordió su labio inferior, queriendo encontrar las palabras indicadas.- En realidad pasó algo...

Hold me tight. (TaeGi/YoonV)Where stories live. Discover now