ANEMOIA: nostalgia por un tiempo que nunca has conocido.
《❝Ella la catalogaba como la más feliz del mundo, pero, es increíble lo que una persona puede cambiar en un estimado corto tiempo. Su sonrisa cálida que saciaba mi felicidad duró hasta un tiem...
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-H-
Le doy pausa al video de mi celular, empiezo a vestirme... dentro del baño. Soy una persona que se siente vigilada las veinticuatro horas del día, como si alguien estuviera allí clavando sus ojos en mí, es inquietante.
Una ducha de minutos largos que se sintieron horas, hace olvidarme de todo lo que ha pasado. Dejar el estrés a un lado, para así dormir con la mente en otro lugar.
Alcanzo mi franelilla blanca, y me la pongo algo patosa, miro al espejo empañado, mi cara reflejada—¡Vaya de ojeras! —exclamo con un tono opacado, sin entusiasmo. En ese justo momento me visto el pantalón holgado de pijama, todo rosa bien campante.
Algo sosiega abro la puerta del baño, dejando salir todo el vapor que hay en este. Quedo algo rígida al ver a Jimin sentado en mi cama, cabizbajo, normalmente Jimin se escabullía por la ventana de mi cuarto, por lo que es algo común para mí encontrarlo aquí. Pero a altas horas de la noche, era como algo de otro mundo. En eso me mira a través de sus pestañas, escrutando todo. ¿Qué se supone que debería de hacer? Su mirada denota amargura y seriedad, yo sin saber qué hacer para este altercado embocé una sonrisa ladina algo forzada.
—Escuché gemidos —suelta sin más el susodicho, con sus manos recostadas desinteresadamente en la cama, a sus costados, detrás de él.
Sentí que todos los colores se me subieron y que de mi cabeza saldría humo. Entré en pánico al no saber qué responder. El pelinegro toma gran parte de su tiempo al dedicarme una mirada larga y sin pestañear, esto hizo sentir desesperación hasta las puntas de mis dedos. Un silencio absurdo se crea entre los dos, en la conversación sólo participan miradas.
