Luna Llena.

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Mis pies tropiezan de vez en cuando con ramas que se esconden bajo las hojas secas del otoño. Lo único que alumbra mi vista de esta fría y espeluznante noche es la luz de la Luna, estoy exhausta pero mi instinto por sobrevivir me pide que no deje de correr. Cruzo la carretera con la única idea en mi cabeza: Viene detrás de mi. Un extraño sonido me distrae y hace que caiga en un charco de lodo, o lo que parecía ser, excremento de caballo. Me pongo de pie y sigo corriendo sin importar lo mal que huela ahora, mi pecho está frío, mi boca seca y siento la sangre hervir por todo mi cuerpo.

― ¿Se encuentra bien?

Dice una voz casi grave detrás de mi.

― No, alguien viene persiguiendome.
― digo angustiada.

― Suba a la camioneta, la llevaré a su casa. ― él me ayuda a ponerme de pie tomando mi brazo y ayudando a que entre en entre al coche.

La noche resulta un poco mas tranquila pero no desprevenida de lo que pudiera suceder en cualquier momento, necesito aclarar mis ideas y poder analizar lo que mis ojos vieron, Roman, él era otra persona en ese instante, antes creía que esa fantasía de los vampiros, hombres lobo, mounstruos, etc., tan solo era eso, una simple fantasía. Me duele la cabeza y siento que voy a desmallarme.

― ¿Cómo se siente ahora?

Recuerdo que voy en la camioneta del hombre que me rescató de esa horrible pesadilla.

― Estoy, estoy asustada. ― digo sin dejar de mirar la ventana.

― ¿Cree que sea el momento adecuado para preguntarle que le sucedió?

― Ya lo está haciendo. ― digo altanera ― su expresión cambia en cuanto digo eso. ― Oh lo siento, es solo que estoy un poco, ― me detengo un momento al encontrar la palabra correcta. ― Sorprendida. Por un momento pensé que iba a morir. Lo que mis ojos presenciaron en ese momento fue algo, horripilante. Quisiera no haber sido yo la que paso por eso.

― Sea lo que haya visto, creo que fue algo jodidamente impresionante pero a la vez
tan aterrador ¿oh me equivoco?

― Un hombre lobo. ― él me mira con expresión incrédula.  ― Lo que me perseguía era mi novio, convertido en un maldito hombre lobo. ― toco mi frente bajándolos por mi boca hasta que mis lágrimas comienzan a caer de mis ojos a mis mejillas, deteniendose hasta chocar por mis manos.

― De acuerdo ya entendí, es noche de brujas y quiso asustar junto con sus amigos a un hombre que se encontraba en medio de la carretera. ― me lanza molesto. ― No quiero escuchar mas cosas tan absurdas. ― se detiene a un costado de los árboles. ―  Ahora baje de mi camioneta.

― ¿Qué? Lo que le estoy diciendo es muy en serio. No me va hacer bajar en medio de la carretera sabiendo lo que le acabo de contar, ¿o si? ― mi voz suena aguda a menudo que veo la expresión en su rostro, sé que hará precisamente eso. ― No lo haga por favor, tiene que creerme.

A continuación baja de la camioneta dirigiéndose abrir mi puerta.

― Sal ahora. ― ordena.

Yo me niego a salir, toma mi brazo intentando bajarme, pero resulta una mala idea, cuando él, Roman, se lanza hacia el hombre aventándolo a casi dos metros de donde se encuentra la camioneta, le arranca un brazo y solo consigo oír los gemidos y sollozos del hombre mientras intenta gritar. Hasta que Roman le arranca la parte de la quijada con su enorme hosico y esos colmillos afilados.

Cierro mi puerta y me coloco del lado del conductor, por suerte a dejado las llaves. Cierro también la puerta del conductor y arranco la camioneta pisando el acelerador.

One Shots | Bill Skarsgård Donde viven las historias. Descúbrelo ahora