¡Hellou! Hoy les traigo esta historia por la sencilla razón de que hace dos días fue mi cumpleaños -inserte corazón- Bueno la cosa es que quería subirlo el mero día de mi cumple peero por otras cuestiones, no pude y por esa razón lo publico apenas :c
La canción que les dejo, es con la que me inspire para escribir esta historia, así que es opcional escucharla o no
Disclaimer: InuYasha y Compañia no me pertenecen y realizo esto sin fines de lucro
Espero disfruten ;D
Corrió.
Su respiración se agitaba con cada paso que daba. Siguió corriendo como si su vida dependiera de ello, y es que, así era. En ese momento maldijo los tacones que llevaba, estando también en su contra estaba el corto vestido entallado que había escogido para esa noche.
Frente a ella podía vislumbrar el edificio al cual tenía que llegar. Miro su reloj sonrió triunfante, aún estaba a tiempo. Unos pasos más y llego a su destino. A la entrada de este, jadeaba un poco, tratando de jalar el aire que le hacía falta.
—Al fin llegas –
Se tensó al escuchar esa voz tras de ella. Dio una última bocanada de aire y se dio la vuelta.
—Sesshomaru... - murmuro y sonrió - No podía salir del trabajo pero ya estoy aquí –
Él solo asintió. Se terminó de acercar a ella y le acomodó el enmarañado cabello. Ella se sonrojo ligeramente.
—Vamos – le ofreció su brazo izquierdo y ella lo tomo sonriente. Entraron al edificio, donde los recibió un joven.
—Buenas noches ¿A nombre de quien es la reserva? –
—Sesshomaru Taisho – el Joven checo su listado y asintió al encontrar el nombre.
—Síganme por favor –
Ambos siguieron al encargado. Atravesaron el restaurante hasta llegar a una puerta, este la abrió dándoles el paso. Al atravesarla, Kagome, solo pudo quedar maravillada. El lugar era como un jardín secreto. Había una enorme variedad de flores. De las cuales, estaba segura, que la mayoría no las conocía. En el centro del lugar había una mesa, preparada para dos. Se acercaron a la mesa, ambos le entregaron sus abrigos al joven el cual, nada disimulado, paseo su mirada por el cuerpo de Kagome, gesto que no pasó desapercibido por el ambarino, quien, con solo una mirada al joven, le hizo retirarse de inmediato.
—No quiero que vuelvas a usar ese vestido en público –
—¿Qué? ¿Por qué no? – miró su vestido, el escote de corazón se amoldaba perfectamente a sus pechos y se entallaba perfectamente a su pequeña cintura al igual que a su cadera. A su parecer, el vestido le sentaba de maravilla —Me gusta como se me ve –
Sesshomaru gruñó, cuando estuvieran en casa, le haría ver su enojo. Ella por su parte, seguía sin entender el por qué de su molestia. Pasaron la cena sin más contratiempos. Cuando salieron del restaurant, subieron al auto del ambarino, quien condujo hasta llegar al departamento que compartían.
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Aniversario
RomanceEs su aniversario y la sorpresa que ella le dará es una que en su vida jamás pensó que tendría