Capítulo 3

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Llego a casa cerca de las 03:00pm.

Fue un día muy agradable con Logan; pasamos el resto de la mañana y

un poco de la tarde sentados en la heladería, hablando. Resulta que hemos

leído casi las mismas sagas. Fue genial, compartimos teorías, e hicimos

análisis de algunas cosas, y en eso se nos fue el día. Créanme, cuando dos

lectores hablan, el tiempo corre más rápido que un Luxen.

JA. Chiste literario.

En fin, hice un amigo, mañana conoceré a su hermana, y tal vez haga

otra, y como bono adicional, tengo un libro nuevo. Sí, este día ha sido de lo

mejor. Estoy a punto de entrar a mi casa cuando escucho el ruido de una

motocicleta. Me volteo a ver de dónde viene.

Ahí está. Una Harley roja con llamas doradas pintadas en el depósito y los

guardabarros, paseando a toda máquina por la calle, sin ningún respeto por las

leyes de tránsito. Aunque la Harley es bastante bonita, no es eso lo que tiene

toda mi atención, es el chico que la conduce.

El chico Harley, o así es como voy a llamarlo ya que no sé su nombre. Se

ve como de mi edad, tiene el cabello oscuro, podría jurar que es justo mi color,

trae una cazadora de cuero negra que se le aferra a la espalda por el viento, y

se marca en todos los lugares correctos.

Todo esto lo capto en aproximadamente tres segundos, que es el tiempo

que le tomó pasar frente a mi casa y alborotar mi cabello. Cuando se ha ido, me

quedo unos instantes más casi como congelada. ¿Por qué? Frunzo el ceño y

entro en la casa.

Mi madre ya está en casa cuando llego, se encuentra en la sala de estar

mirando televisión. Se da cuenta de que ha pasado algo, ya que me mira con

alarma unos segundos antes de advertir que estoy sonriendo. Sonríe de vuelta,

y espera que me acerque antes de hablar.

-Y... ¿cómo te fue? - Pregunta, con mucho ánimo, mientras me siento a su lado.

-Me fue bien. - Contesto. - Mira, compré un libro nuevo. - Añado enseñándole

La Prueba de Hierro.

-Oh. Que bien. - Dice, ya sin tanto ánimo. - Pero... ¿eso es todo? - Dice un

tanto esperanzada.

-No. - Le digo. Sé que quiere que le diga que hice un amigo, aunque no estoy

segura de querer hacerlo. No es que hablar de Logan me de vergüenza, es sólo

que...., bueno, ni yo misma sé porque. Decido hablar de trivialidades. - Este

pueblo es muy bonito. Y tiene una librería y una biblioteca, envidiables.

-Ah, eso está muy bien, nena. - Me mira con lástima. LÁSTIMA. Me tiene

lástima. Cree que no he hecho ningún amigo, y por eso no quiero hablar del

tema. - ¿Quieres que prepare algo para comer? - Termina mientras se levanta,

Las Llamas Doradas. (Completa).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora