El comienzo...

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Todo comenzó cuando yo tenia trece y lo vi, no era la primera vez que lo veía, pero esta vez algo en mi hizo que lo viera de manera diferente, el al ser mayor que yo no noto mi presencia como usualmente sucedía ya que yo era solo una niña más para él, lo recuerdo perfectamente el solo me sonrió y siguió su camino a donde fuera que se dirigiera, y como siempre me quede ahí observando como se alejaba tranquilamente, el mi amor platónico por varios años, mi amor prohibido.

Sabia que nunca seria bien visto que yo dijera que el me atraía así que nunca dije nada, solo lo veía cuando el se dirigía a quien sabe que lugar en ocasiones me sonreía y otras iba tan ocupado que no me veía, como pude fui averiguando cosas sobre él, como su nombre el cual era Dante, sus horarios y por suerte era vecino de un amigo del colegio así que ir a visitar a mi amigo se me hizo habitual, era el pretexto perfecto para poder verlo, y luego un día pude averiguar su edad, el era mayor que yo, eso lo sabía, pero nunca pensé que tanto el tenia veinticinco años, era tan mayor, así que solo me resigne...

- Ven vamos Natasha, hace frio y mi mamá preparo chocolate caliente – me repetía como por quinta vez – veremos una película – Artemio tan impaciente y yo solo quería verte un momento.

-Espera solo un momento más – le suplique con la mirada sabia que en cualquier momento pasaría – dime que película veremos hoy – ese era mi ultimo intento para hacer un poco de tiempo y funciono lo vi la venia como siempre, a la misma hora de siempre, solo levanto la mirada y sonrió como lo hacia usualmente, pero con eso yo era feliz, después de verte jale a Artemio de la mano y nos metimos a su casa.

El tiempo pasaba y fui creciendo y aunque pareciera imposible cada vez me comencé a llevar más con él, de las pocas sonrisas que me regalaba, pasamos a un hola, después en alguna ocasión tuve la suerte de encontrarlo cuando iba en camino a casa así que caminamos junto y cruzamos un par de palabras, para este entonces yo ya tenia quince años, me encantaba poder mirarlo sin que se diera cuenta.

-Hola – dijiste cuando te pusiste a mi lado – a donde vas y de dónde vienes

-Hola – de algún modo n podía creer que esto pudiera estar pasando – voy a mi casa y vengo de la escuela –dije lo más tranquila que pude

-Pensé que irías a casa de tu novio, por cierto, mi nombre es Dante mucho gusto – sonreíste dulcemente

-Soy Natasha, pero me dicen Nat mucho gusto y no el no es mi novio solo somos buenos amigos

-Vives por aquí en verdad

-Si vivo a un par de calles de tu casa – su teléfono sonó y con un gesto amble me hizo una seña de que respondería, yo solo le sonreí como respuesta, para mala suerte mía estábamos por llegar a mi casa así que cuando llegamos a la calle donde vivía solo me despedí con el con una seña y bueno paso lo ismo de siempre lo vi alejarse

Me convencí de que nunca pasaría nada entre el y yo así que decidí que con su amistad sería feliz, nada mal para alguien de mi edad, si mis cálculos no me fallaban él tenía veintisiete años ya, después de esto nos comenzamos a llevar más a conversar cuando teníamos la oportunidad o nos encontrábamos y me di que el era una persona muy especial.

El tiempo paso y paso y aunque me tuve que mudar de casa el y yo nunca perdimos en contacto, era agradable poder conversar con alguien mayor, solíamos hablar de todo y lo mejor era la confianza que sentía al contarle mis cosas, aunque no he de negar que me regaño en más de una ocasión. Cuando estaba por cumplir diecisiete mi padre enfermo y volvimos a nuestra antigua casa que estaba mas cerca de la ciudad, recuerdo que fueron meses difíciles y cansados pues mi mamá y yo nos turnábamos para acompañar a mi papá en el hospital y cada que lo veía era grato poder conversar con el...  

NUESTRA HISTORIAWhere stories live. Discover now