El cartero

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*Anne: Noah, cariño, a partir de ahora vas a tener que vivir con nosotros
Noah: ¿y mis papás? -pregunté un poco asustada.
Anne: tus papás han tenido un accidente y ahora están en el cielo...*

Me desperté sudando, no dejaba de recordar una y otra vez durante estos 14 años que habian pasado, aquel momento en que mi vida cambió para siempre. Me fui a la ducha y me duché con agua fria, una y otra vez las imagenes se venian a mi cabeza. Una vez salí de la ducha me cambié el pijama y fui a coger un vaso de agua a la cocina. Miré el reloj, las 7:50h de la mañana. Llamé a la única amiga que tenia, Paula. Tardó un poco en contestar pero al final descolgó.

Paula: Noah que quieres? Has visto la hora que es? -me dijo adormilada.
Noah: Paula levanta, en 20 minutos estoy en tu casa. -colgué. Paula es mi mejor amiga, aunque no me la merezco, ella es muy buena conmigo y siempre me cuenta sus cosas aunque yo no le haga nunca caso, sin embargo yo con ella soy un poco dura muchas veces pero bueno que le vamos a hacer, en esto me he convertido por culpa de aquel miserable que tenia como mejor amigo. Me arreglé y fui a casa de Paula, justo enfrente de la mia. Toqué el timbre y a los segundos Paula apareció con una sonrisa enorme en su cara.

Paula: oye Noah, que sepas que no te voy a tener en cuenta que me hayas despertado tan pronto, estoy feliz! -me dijo saltando encima mio. Yo la aparté y puse mala cara.
Noah: ya sabes que no me gustan las muestras de cariño. ¿Qué te pasa? -pregunté sin mucho interés.
Paula: hoy hago 2 años con Julio, 2 años tia, ¿te lo puedes creer? -le brillaban los ojos de felicidad.
Noah: que bien -dije sin mostrar nada de ilusión. Julio no me gusta nada para ella, es un niño pijo que lo que más le importa es su Ferrari de papá, mi amiga para él es algo secundario. -vamos a dar una vuelta, he tenido otra vez pesadillas. -Ella no sabe nada de mi historia, nos conocimos de casualidad y increiblemente quiso ser mi amiga a pesar de como la traté. Ella sabe que tengo pesadillas sobre mi pasado pero nunca me ha insistido en que le cuente nada y, lo agradezco.
Paula: cariño me sabe muy mal que estés asi, hace 5 años que te conozco y no hay un dia que duermas bien... -me dijo apenada.
Noah: me da igual. -no dijimos nada más. Fuimos a una cafeteria a desayunar, más concretamente en la cafeteria en la que trabaja Julio. No dijimos nada en todo el camino, ella seguia con su estupida sonrisa en la cara y yo iba pensando en mis cosas. A Julio le regalaron el Ferrari cuando cumplió la mayoria de edad, pero tenia que trabajar para mantenerlo. Nunca va con Paula a cenar si tiene que pagar él porque todo su dinero es para su coche. Llegamos, Julio no estaba y lo agradecí. Estubimos un rato hablando y luego ella se fue por su lado a no se donde porque no le presté atención y yo me fui a casa. Mis padres tenian mucho dinero y me lo dejaron a mi todo, su enorme casa, su coche, su dinero... y cuando cumplí mis 18 me convertí en una chica rica de dinero, pero seguia pobre de corazón. Habia un chico de espaldas a mi, estaba delante de mi puerta, me acerqué y le puse la mano en el hombro. Él se giró dando un salto y se puso la mano en el corazón.

Chico: me has asustado -dijo respirando más rápido de lo normal.
Noah: aparta, tengo que entrar. -dije con cara de pocos amigos.
Chico: lo siento, venia a traerte el correo -alargó la mano y me dio unas cuantas cartas. No me habia dado cuenta hasta ahora de que iba vestido con un uniforme amarillo y azul.
Noah: pues ya lo tengo, venga hasta luego -lo empujé un poco para quitarlo de mi camino y antes de que dijiese nada me metí en casa cerrando la puerta de un portazo. No me gusta la gente, evito a todo el mundo lo maximo posible, la mayor parte del tiempo estoy en casa metida y la otra parte la ocupo con Paula. Cerré los ojos aun apoyada en la puerta de la entrada y otra vez los recuerdos volvieron a mi mente.

*Noah: pase lo que pase vamos a ser amigos para siempre -le extendí mi pequeño dedo meñique haciendo el juramento.
Raul: para siempre -unió nuestros dedos.
Noah: eres el mejor amigo que se puede tener -le di la sonrisa más sincera que habia dado desde que mis padres fallecieron.*

Abro los ojos, golpeo la puerta que tengo a mis espaldas con fuerza. Pensar en él hace que tenga ganas de ir a buscarlo y cobrarle todo lo que me ha hecho. Fui muy tonta al pensar que seria mi amigo para siempre. Por su culpa perdí la sonrisa. Pero tranquilo Raul, cuando menos te lo esperes te encontraré y desearás no haberme conocido nunca.

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En multimedia, Noah.
Espero que os guste la historia

La luz en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora