CAPÍTULO 7 *De un lugar a otro*

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*Narra Ana*

Corrimos a la parte trasera del ómnibus y nos quedamos viendo cuando bajaban los oficiales. Los vimos salir poco minutos después junto con una jaulita en la que estaba el Napo.

-Otra cosa más por la que demorarnos - pensé, pero creo que se notaba en mi cara porque Janaina y Giulliana me miraban como diciendo " lo iremos a buscar, sin excusas" así que dije - déjenme pensar en cómo lo recuperaremos.

Ellas asintieron y nos movimos a cerca de una ventana abierta del puesto de vigilancia.

-Parece ser el suyo - hablaba una voz ronca y seca, parecía estar haciendo una llamada -. No, ellas no. No lo sé señor, parece que se bajaron antes de subir nosotros. Estoy seguro, no podrían estar ahí. Sí. No. Sí. De acuerdo señor.

-Esperamos ordenes - dijo otra voz más aguda pero firme.

-Bien - dijo el primer oficial que había cortado la llamada -. Hay que deshacerse de él - al escucharlo contuvimos la respiración -. Pero cómo tenemos que quedar bien con la opinión pública no podemos matarlo ni "desaparecerlo" - dijo esto último con un toque de sarcasmo.

-Hay aquí cerca un refugio de animales - dijo otro oficial - podemos llevarlo ahí.

-Hagan lo que quieran - dijo harto - solo váyanse y llevense a esa cosa - supuse que se refería al Napo.

Nos apartamos un poco.

-Bien, lo que podemos hacer es llevarnos al Napo cuando lo dejen en el refugio o sacarlo del auto antes de que lo lleven allí si se presenta la oportunidad - dije.

En ese momento escuchamos el sonido que hacen las llaves y que avisa que un auto está abierto.

-Vayamos a ver si tenemos una oportunidad ahora - dijo Janaina.

-Esperen, tengo que decirles que si podemos sacar al Napo ahora tendremos que ver cómo irnos rápido porque en cuanto se den cuenta de que el falta comenzarán a buscarnos, porque somos las únicas que querrían llevárselo.

Ellas asintieron.

*Narra Janaina*

Nos quedamos las tres calladas pensando qué hacer, cómo distraer al policía para llevarnos al Napo.

-¿Y si la mandamos a ella como carnada? - preguntó Ana señalando a Giulliana.

-Nunca - dijo ella antes de que yo aceptara la idea - ¿Y si mejor tiramos una moneda y cuando vaya a recogerla le pegamos en la cabeza y lo desmayamos?

-Eso nunca funcionará - dijo Ana.

-¿Y si tiramos a Giulliana?

-Porque yo SHEGUAS-dijo Giulliana.

-Voy a suponer que es un chiste privado suyo - dijo Ana con cara de no entender nada.

-¿Qué chiste?- dije.

-Ignorenme - dijo.

-Que Giulliana camine hacia el auto y que el policía la "atropelle"- dije haciendo comillas con mis dedos - y mientras él se distraiga ella y yo nos metemos al auto - dije señalandonos a Ana y a mí consecutivamente.

-¿Pero cómo hacemos para que yo suba al auto? Si me dejan tirada les quemo el rancho!!!.

-Nos podemos esconder en el asiento trasero con las llaves y cuando el guardia vaya a buscarlas a la comisaría dejamos subir a Giulliana y nos llevamos el auto - dijo Ana vigilando el auto - hay que hacerlo ahora que el policía está yendo al auto.

Su FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora