Parte única

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Fotografía Mortal.


»ONE SHOT- AMOR PROHIBIDO«



Hoy hacía frio, bastante más de lo normal que digamos, y aun así, en vez de quedarme en casa cerca de la estufa calentándome, estaba en el exterior, andando en mí bicicleta.

Pero realmente no lo hacía por gusto propio, en mi instituto, la profesora de Fotografía nos había pedido presentar un proyecto sobre los ecosistemas, dándonos la oportunidad de elegir cualquiera de ellos. Al final, terminé escogiendo el Bosque, ya que era uno de mis lugares preferidos porque predominaba el silencio y la vegetación.

Mis manos estaban rojas y cada vez las sentía menos, fue mala idea no haberme puesto guantes, pero de todas formas, no faltaba mucho para llegar a aquel bosque a las afuera de la cuidad.

Aquel bosque donde lo conocería a él.


Acababa de llegar, por supuesto no se encontraba nadie, solo estaba yo y una carretera de asfalto con unas pocas luces cada tantos metros. Desde hacía ya unos meses que casi nadie transitaba por aquella zona, no luego de que la policía encontrara casi diez cuerpos femeninos en descomposición enterados allí. Lo que se supo, fue que todas las víctimas fueron mujeres y que todas fueron encontradas en el mismo lugar, aunque sus muertes fueron distintas unas a las otras. Pero de todas formas, a pesar de las investigaciones, nunca se supo la identidad del asesino. Pero en lo personal no me importaba, ni me aterraba, además, eso había ocurrido hacía meses.

Dejando los pensamientos de los asesinatos de lado, me encaminé dentro de aquel terreno lleno de árboles y pasto. Saqué mi cámara de la mochila que traía colgada de un hombro y me dispuse a fotografiar lo que me parecía interesante o medianamente lindo, si es que se le podía llamar lindo a una ardilla descuartizada en el piso. Pobre, supongo.

Fotografiar, maldecir, fotografiar, maldecir, beber agua, maldecir otra vez. Ya estaba cansado, tenía frio y odiaba este tipo de trabajos, bueno creo que odiaba todos los trabajos en general. Me gustaba el bosque, sí, pero me gustaba sentarme y relajarme, pero solo eso, nada de buscar un ángulo perfecto o nada de caminar de aquí para allá.


Casi dos horas metido allí adentro, me dolían los pies y tenía hambre. Aunque los malestares que sentía pasaron a segundo plano cuando escuché el crujir de las hojas y algunas ramas, ¿Acaso había alguien? Solo esperaba que no fuese un oso o algo así.

Pero claro, como tenía cero sentido común y más curiosidad que neuronas, en vez de huir, me encaminé hacía el lugar proveniente del sonido. Allí pude ver a un hombre castaño de unos 1,90 metros de altura, vistiendo un traje color azul navy bastante elegante. Daba la impresión de que acababa de salir del trabajo o de alguna reunión, sino fuera por el pequeño detalle de que llevaba consigo una bolsa enorme que arrastraba por el piso mientras avanzaba.

Las personas normales habrían optado por salir de allí lo más rápido posible para no terminar dentro de aquella bolsa, la cual suponía que contenía un cadáver, pero yo, como no soy una de esas personas, apunté el lente de la cámara hacía la escena y la fotografié, ¿Y por qué no hacerlo? Era lo más interesante que había visto en ese bosque, y eso quería inmortalizarlo.

Para mi suerte, supongo, no hubo ningún tipo de reacción en él, así que supuse que no se había dado cuenta de mi presencia. Así que allí me quedé, detrás de un gran tronco, observando como aquel hombre con apariencia de empresario abría la gran bolsa dejando ver el cadáver de una mujer joven cubierta de sangre y con varios de sus miembros amputados.

Fotografía [One-Shot Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora