El Profesor

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Todos quedaron mirando a Fabi, con una mezcla de excitación por la intriga y asombro por el dato que había brindado.

Cuari no podía continuar ocultando lo demás. – Esto no es pura casualidad, miren- dijo mientras metía una mano en su bolsillo y sacaba un papel, al parecer viejo con algunas inscripciones aún legibles. – Esto lo encontramos Mancha y yo cuando estábamos buscando alguna otra imagen, creemos que puede ser el mapa del bosque, pero miren... en el centro del mapa hay una figura que creemos puede ser un árbol con un símbolo dibujado en su tronco y si lo damos vuelta- continuó diciendo – encontramos el mismo símbolo pero ampliado-. Al terminar de hablar, con el mapa aún en sus manos quedó observando a Fabi y Gonchi, quienes no tenían palabras que salieran de su boca.

-Tengo una idea...- dijo Fabi – Conozco a un profesor de la Universidad, es experto en simbología, lo conocí una vez que fui a la biblioteca y creo que podrá ayudarnos o darnos alguna pista acerca de todo esto-

– Y esto no es casualidad, como dijiste Cuari, alguien debe de haberlos visto y dejado el mapa para ustedes, un papel en tan perfectas condiciones no puede haber estado expuesto al salvajismo de ese bosque y contiuar aún intacto... alguien quiere que averigüemos que está pasando, y estoy convencido que la secta que mencioné antes está detras de todo esto-.

-Bueno entonces ¿vamos a encontrarnos con el profesor?- dijo Mancha, a lo que todos asintieron.

Comenzaron a desarmar las tiendas y juntar ollas, vasos y demás cosas que habían utilizado en el corto período en que se habían hospedado en el misterioso linde. Cuari y Mancha jugaban con las telas, rodaban en el pasto y algún que otro beso no pasaba desapercibido para los ojos de Gonchi y Fabi.

Saliendo de las Termas, se cruzaron con un hombre de unos sesenta y cinco años y mediana estatura que los quedó observando para el asombro de todos, pero hicieron caso omiso.

Ese hombre no tenía la apariencia de alguien con problemas mentales, pero sin embargo los miraba como si tuvieran algo extraño, pero no tenian tiempo para pensar en él pues el ómnibus se acercaba con destino a la histórica ciudad de Paysandú.

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Llegando, Fabi pidió al chofer que parase frente a la Basílica Nuestra Sra. del Rosario y San Benito de Palermo por calle Montecaseros. Eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando los chicos se estaban bajando del ómnibus.

-Fabi, ¿para qué le pediste al chofer que se detuviera frente a la basílica?- preguntó Gonchi.

-Ya lo verás amor, ¡Quiero que me acompañen adentro!- le advirtió a la otra pareja que se encontraban sentados en la escalinata.

Lo siguieron hasta donde estaban las grandes puertas de la Basílica, donde les indicó los símbolos pertenecientes a la secta, que había programado la fundación de la ciudad con centro en la enorme iglesia-catedral.

Dentro,se encontraron con una gigantesca construcción con estatuas exquisitamente talladas en mármol y columnas de oro; la construcción entera se podía describir como una verdadera obra de arte. Comenzaron a buscar al profesor primero por las naves (los lados laterales de las iglesias) y luego en la parte trasera, pero no había rastro de él ni de ninguna otra persona; de pronto escucharon una voz proveniente del segundo piso, donde efectivamente se encontraba mirando hacia ellos un hombre que no aparentaba más de cuarenta años de edad.

-¡Hola muchachos, recibí su mail!- dijo esbozando una sonrisa de oreja a oreja, acto seguido bajó las escaleras rápidamente y comenzó a saludar.

– Hola encantado de conocerlos, soy el profesor Marco Di Pietro, profesor de historia y simbología de la Universidad de la República, amigo de Fabi y como les debe de haber comentado, un loco por los simbolos antiguos-.

Los chicos quedaron encantados, pero cuando Mancha tanteó el mapa que se encontraba en el bolsillo el profesor apresuradamente le reprendió:

-¿Estás loco?, la guardia cardenalicia no permite entrar con nada en los bolsillos, es mejor que vayamos al mausoleo y que no nos vean. Vamos, por acá-. Dijo señalando una pequeña puerta.

La Sociedad Perdida En Las BrumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora