Único

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El joven rubio, sentado en el gran sofá, se hallaba pensando en todo lo que había sucedido aquel día con la aparición de Problemática.

Su corazón estaba agitado, y cómo no iba a estarlo, si su mayor sueño le había sido cumplido.

—¿Por qué no le dijiste que ya la descubriste?— quiso saber Plagg levitando sobre su hombro.

Recordando que estuvo a punto de decírselo.

"Ya sé quién eres. Tranquila". No había podido evitar divertirse ante la cara de espanto que había adquirido la heroína, corrigiendose diciendo "Eres la chica de mis sueños" logrando el alivio en ella.

Mas en él no se habían calmado las aguas.

Su mandíbula caída levemente al ver la mitad del rostro de su lady sin el traje, intentando cubrirse para no ser descubierta.

—No quiero que se moleste— expresó como respuesta a su kwami.

—Vaya, pensé que cuando la descubrieras, no la dejarías en paz. Ustedes los humanos hacen cosas tan extrañas...— dijo comiendo otro trozo de camembert.

Y es que no quería molestarla. Sabía que si le decía que él ya sabía su secreto se sentiría traicionada, y lo que menos quería era que ella lo apartase por esa razón.

—Pues pensaste mal, Plagg.

—Así como tú.— añadió burlón.

—¿Como yo?— preguntó confuso.

—Sí, tú pensabas que "Marinette no se parece a Ladybug". Y no se parece, es.

Al instante, el rostro del rubio se tiñó de un leve rojo.

—Bueno, yo...— revolvió su cabello, con una risilla. —Je je.

—Ay, los humanos y sus cursilerías ¿Por qué simplemente no pueden vivir comiendo camembert?

—Porque el camembert apesta. El amor no.

—A pesar de que no te amen... — resolvió divertido.

—Eso...eso lo veremos.

—Ya lo viste. Esa chica es una fanática de la moda, por eso tenía fotos tuyas. No te hagas ilusiones.

Él arqueó una ceja.

—Yo no estaría muy seguro de su respuesta. Fingí creersela, pero en realidad no me convenció del todo.

—Bien, bien...— su portador se levantó —Ey ¿A dónde vas?— lo siguió.

—Voy a enviarle un texto a Marinette confirmándole el día de la sesión.— cogió el celular y buscó el contacto de Marinette.

—Suerte con tu cita...— expresó para luego desaparecer de la vista del chico.

—Cita...—murmuró como todo un tonto enamorado sonriendo embobado —Una cita. Suena bien...






Si tienen suerte escribo otro OneShot continuando este capítulo, pero en otro apartado, escribiendo sobre la sesión a la que ella fue invitada :3

Sabía que el capítulo no me defraudaría ;)

Espero les haya gustado.

¡Saludos!

Finalmente [OneShot MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora