Theif Of My Heart [Jikook O.S]

Capítulo único

Hace varias semanas, Jungkook llegó al centro penitenciario a las afueras de Corea del Sur donde fue procesado por los robos de varias joyerías y obras de arte. Habiendo burlado a la policía tantas veces, era un gran logro para esta haber por fin atrapado al causante de tantos quebraderos de cabeza.

Al travieso ladrón le encantaba gastarle bromas a la autoridad y estos sabían que iban a echar un poco de menos al desvergonzado maleante y a sus pesadas bromas, pues a pesar de ser un delincuente no era mala persona ya que nunca hirió a alguien en sus robos o portó algún arma con la que pudiese amenazar la integridad ajena, sino que disfrutaba demostrar su inteligencia y astucia a la hora de cometer los robos. Al menos hasta que lo detuvieron.

Iba a ser otro robo perfecto, solo tenía que salir de allí sin llamar la atención, lo que no sabía es que su contacto lo había traicionado y entregado a la policía en bandeja de plata a cambio de inmunidad para no ser juzgado por sus sucios negocios de falsificación de joyas.

Ni bien entró a la cárcel, tuvo que encontrar rápidamente buenos amigos y aliados con los que juntarse, ya que esta era un lugar peligroso y ese era exactamente el problema de Jungkook, que no era precisamente alguien que pudiese defenderse solo de los matones que había en la misma.

- Hoseok... no piensas limpiar ¿o qué? - preguntó indignado - llevo un buen rato limpiando y no te veo hacer nada. Ni creas que voy a limpiar tu parte. - se quejó el pelinegro molesto por la tranquilidad y vehemencia de su amigo.

- Jungkook, y tú deberías calmarte, siempre estas acelerado y nunca paras quieto. - se quejó ahora Hoseok.

- Sólo espera a que venga Yoongi y vea que no has hecho nada. - amenazó, muy serio en sus palabras.

- Muy bien, ya lo hago, no hace falta que lo molestes por cosas así. - bufó y Jungkook rio bajo por el profundo respeto que sentía Hoseok hacia Yoongi, al punto de obedecerlo en todo.

- ¿A quién no hace falta que molestes, Jungkook? - preguntó Yoongi curioso.

Hoseok palideció mirando fijamente a Jungkook y suplicando con la mirada que no se chivase a lo que este sólo rio, comenzado a juguetear.

- Pues... verás, Yoongi hyung ¿debería decirte? - dijo revoloteando alrededor de Yoongi mientras miraba a Hoseok que parecía que se le iba a salir el alma del cuerpo.

Yoongi rio. - Pues no sé, pero el director te llama a su oficina.

Jungkook no tardó en salir corriendo por la puerta del comedor hacia donde se encontraba el director. Sentado, esperaba leyendo una montaña de carpetas mientras escribía algo en su ordenador.

- ¡Ya estoy aquí! - dijo entrando rápidamente y cerrando la puerta tras de sí apoyándose en esta. - ¿Tanto me has extrañado que me haces venir apenas unas horas después de habernos visto? - soltó burlón mientras se acercaba lentamente al guapo hombre con gafas, quitándoselas y dejándolas sobre el escritorio mientras se acercaba a su oreja. - acaso... ¿quieres otra ronda Jimin? - susurró en su oído pasando su lengua por su lóbulo para después mordisquearlo.

Jimin se apresuró a cogerlo de la cintura para sentarlo a horcajadas sobre él. - No veo donde están tus quejas cuando te me estas insinuando de esta manera. - dijo agarrando sus muñecas en su espalda y tirando de él hacia atrás. - no sabes cuan lascivo te ves con esa expresión. - Jungkook se sonrojó.

No era normal que el director del penal fuera tan hablador. Normalmente solo lo tomaba encima del escritorio sin contemplaciones haciéndolo gemir sin descanso, pero esta vez parecía que tenía ganas de jugar.

Jungkook se echó hacia delante para pegar más su cuerpo al de Jimin. Sorpresa fue lo que sintió en ese momento cuando por primera vez después de incontables veces siendo tomado por Jimin, este lo besó con un fuego que abrasaba su piel de adentro hacia fuera calentándolo y haciendo que correspondiese el beso con la misma intensidad.