Capítulo 1: Largo viaje.

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Despierto por el sonido incesante de la alarma, froto mis ojos con mis manos como todos los días de estos últimos cuatro años.

Pienso que tal vez debería de adaptarme a mi nuevo estilo de vida, es más; debería estar agradecida por todo lo que me ha sucedido, pero no es tan fácil como pensaba.

Deseo esto, lo deseo con todo el corazón aunque sienta que ya no puedo dar más. Me siento cansada, estresada, irritada y todos los adjetivos que terminen en ada.

Busco a tientas el pequeño despertador colocado arriba de mi mesita de noche, cuando lo encuentro y lo tomo entre mis manos para apagar su chirriante sonido, siento que me lo arranchan de entre los dedos.

Abro los ojos por instinto, la despampanante rubia de ojos azules y un par de kilitos extras me mira sonriente desde su asiento a un lado de mi cama.

—Gwen —susurro.

— ¡Buenos días para ti también! —exclama.

—Sí, buenos días.

—Son exactamente las diez de la mañana, así que quiero que muevas tu perezoso trasero y comiences a empacar. Recuerda que el vuelo sale a las cuatro de la tarde.

Froto mis sienes con mis pulgares, había olvidado por completo esto.

—Tengo a alguien que puede hacer eso por mí —le digo. Suelto un bostezo y levanto mis manos hacia arriba, necesito quitarme el entumecimiento de una vez por todas.

—Ya no, se fue ayer.

— ¿Despediste a Meredith? —pregunto asustada, mirándola a los ojos.

—No, solo le di vacaciones prolongadas. Estará de vuelta cuando vuelvas de Londres.

Asiento a lo que dice, aún me siento cansada pero hago un esfuerzo para levantarme de la cama y mover mis pies hacia la ducha.

—Buena chica —dice Gwen sonriéndome.

No respondo pero supongo que se quedará un rato más y luego se irá. A menos que quiera verme desnuda, algo que dudo por completo.

Me quito la ropa que llevo puesta tirándola al suelo, me sumerjo en el agua tibia que desprende la regadera. Se siente bien, demasiado bien. Coloco shampoo en mi cabello y lo distribuyo uniformemente por todo su largo. Me enjabono el cuerpo rápidamente. Siento que tengo que apurarme. Ahora que Meredith no está, sé que tardaré más en arreglar lo que necesitaré para ese viaje.

Me coloco la bata que siempre reposa sobre un perchero en la ducha, amarro la cinta que cuelga de esta y giro la perilla de la puerta.

No hay nadie, Gwen se ha ido.

Trato de vestirme de una forma rápida, un buzo y un polo suelto es perfecto para estos momentos.

Desenredo mi cabello y lo dejo suelto, tengo suficiente con que Gwen me diga día tras día que el cabello mojado no debe ser sujetado. Miro la maletas negras paradas a un lado de la puerta y me pregunto ¿quién las habrá traído? Aunque la respuesta es más que obvia, todo se resume a mi agente.

Camino hacia la maleta más grande, la cargo y la llevo hasta mi cama. En ella coloco ropa, solo la necesaria. Aplasto hacia adentro para que todo pueda caber y la cierro.

En las restantes meto mis zapatos, mi maquillaje y mis cosas personales.

Miro el reloj incrustado en la parte superior de mi pared, este marca el medio día.

El tiempo ha pasado demasiado rápido, y aun no he desayunado. Salgo caminando hacia la cocina. Abro la nevera y busco algo que pueda comer, solo hay queso, yogurt y un pedazo de pastel.

Suspiro y tomo el pedazo de pastel con el yogurt. Coloco todo en la mesita de centro de la sala y camino hacia las inmensas ventanas de mi casa, las abro, necesito un poco de luz solar.

La panorámica de los jardines, las flores y la piscina me dan la bienvenida. Ser famosa tiene sus ventajas y esta es una de ellas.

Corro hacia el sillón y me tiro en el, tomo el plato con el pedazo de pastel y empiezo a comer.

—Muy temprano para comer tantas calorías.

—Es mi desayuno almuerzo Gwen, déjame mimarme un poco. Además, no había nada en la nevera —le digo. La miro y noto que lleva una bolsa de plástico con algo dentro— ¿Qué llevas ahí?

—Fui a comprarte comida, si aún te queda espacio pues sírvete.

Coloca la bolsa blanca encima de la mesita y me sonríe.

—Es ensalada Cesar. La forma tradicional, como te gusta.

—Gracias. ¿Tú no vas a comer nada? —le pregunto.

—Ya lo hice.

—Claro.

—Apúrate, el transporte vendrá en una hora y te quiero lista para entonces. Voy a terminar de empacar mis cosas —me dice. Asiento con la cabeza y ella se gira en sus talones para ir a su propia habitación.

Gwen vive conmigo; ella, Meredith y yo habitamos en esta enorme casa.

Me gustaría traer a mi familia pero es prácticamente imposible, ellos tienen su vida en Nueva York y sería demasiado egoísta trasladarlos a Los Ángeles por un simple capricho de soledad.

Soy independiente desde que salté a la fama, pero mamá insistió en una agente que me cuidará las veinticuatro horas del día y ahí entra Gwen, ella es como mi chaperona personal.

Río al recordar el momento en que me la presentaron, ella tenía miedo hasta de tocarme. Ahora, es todo lo contrario. Se ha convertido en una mujer fuerte y demasiado controladora pero debo admitir que ese es su estilo de trabajo. Gwen tiene que encargarse de todo lo referido a mi agenda.

Ella programa las citas, entrevistas, shows, conciertos y todo lo demás. Ese es su trabajo, aparte de cuidarme claro está.

Saco el plato de plástico transparente de la bolsa, se ve delicioso. Tiene croutons regados por encima de toda la lechuga, lleva encima queso parmesano.

Me debato entre comerlo o no, tengo miedo a una indigestión por el pastel que acabo de ingerir. No quiero acabar en el hospital pero aún siento que tengo hambre.

Ni modo, cojo el aderezo sellado en un pequeño recipiente. Lo abro y le echó encima de la ensalada. Tomo el tenedor entre mis dedos y comienzo a comer.

***

Camino directo a mi avión privado, subo la escalera de este y tomo asiento en una de las enormes butacas.

Veo que todo mi equipo está aquí.

Lou, mi estilista, se encuentra en la parte derecha. Lleva cargada a Lux, su hija.

También están mis coristas; Sarah y Liliana; mi guitarrista, Mike; mi bajista, Mitchel; el baterista, Jake; y Adam, el que se encargada del sintetizador.

Saludo a todos y nos abrochamos el cinturón, Gwen le da la indicación al piloto de que partamos. Ella se sienta a mí atrás y se coloca sus audífonos.

Hago lo mismo, reproduzco “All Yours” de Metric y me dejo llevar en este largo viaje. 

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Pásense por el trailer, por favor..! ♥

Fairytale. |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora