La Nueva Casa De Harry - Capítulo 06

18.6K 1.3K 390
                                    

Snape había casi logrado el control de sus emociones para la hora que Harry debía regresar a sus habitaciones. Escuchar a Potter que contemplaba decirle "Tío" o, por Merlín, la palabra giraba en su cabeza, "Papá", había hecho necesario el uso de dos pociones calmantes y un paño frío en su frente.

Incluso si Voldemort no hubiera existido y James y Lily estuvieran vivos, era improbable que Snape hubiera sido bienvenido en la casa de los Potter, menos estar en términos amistosos con su prole. El ingenuo comentario de Harry lo había sacudido profundamente. Un hombre que había, desde la infancia, evitado casi todas las amistades cercanas fue sacudido fácilmente por las inocentes palabras de un niño.

Snape hacía poco había logrado superar el trauma de perder la amistad de Lily cuando había tomado la Marca Tenebrosa. Su servicio a Voldemort y la Guerra en la que se vieron involucrados tenía ocupado todo su tiempo y esfuerzos, y estaba seguro de no querer construir amistades en ese grupo. Para los sangre pura, él era una persona que valía menos, tolerado solo por sus habilidades en pociones que lo habían convertido en uno de los favoritos del Señor Oscuro, pero ciertamente no alguien con el que entablarías una amistad. El mismo Snape había sido un extraño adolescente cuando se trataba de relacionarse, y sabiendo lo mal que había arruinado su amistad con Lily lo hizo más reacio a arriesgarse a ser herido nuevamente. Cuando se volvió un espía para la Luz, era demasiado peligroso acercarse a alguien, ya fuera porque podrían descubrir su secreto o por arriesgar a alguien que apreciaba.

Entonces había llegado ese horrible Halloween y Severus sintió que su vida había terminado. Se había retraído a un oscuro, amargo, y deprimente mundo donde nadie, ni siquiera él mismo, se preocupaba de que saliera. Albus había tratado, pero se había visto distraído por sus tantas obligaciones, y Severus había peleado con él con todo lo que tenía. Al final, el director se había resignado tristemente a esperar al melancólico hombre.

Para el tiempo que la crudeza de sus emociones había comenzado a apaciguar, Snape había creado para él una vida como el Malvado Murciélago de las Mazmorras, el típico Slytherin que con su lengua venenosa malograba a los estudiantes. ¿Cómo podía siquiera pensar en buscar una amistad "normal" cuando su única experiencia con eso había sido con una bruja pelirroja veinte años atrás? No sabía cómo llevarse bien con la gente, solo como intimidar, alienar, o alejar a las personas. Si no fuera por Dumbledore, literalmente podría estar meses sin tener una conversación civil con otro ser humano. Él había quemado todos los puentes con los demás profesores a semanas de su llegada como miembro del colegio, y los persistentes rumores, adecuadamente exagerados por estudiantes de Hogwarts durante años, sobre su (literalmente) pasado oscuro difícilmente lo hacían el tipo ideal de compañía, con quien ir a tomarse un par de cervezas al Caldero Chorreante.

Así que quizás no era tan sorprendente que las simples palabras de Harry hubieran movido las fundaciones del mundo de Severus. En muchas formas, pese (o quizás por) a sus solitarios y enojados años, todavía era un extraño adolescente, desesperadamente buscando amor y afecto. Y el incondicional e inquebrantable amor de un niño era muy, muy seductivo.

En principio, él era un Slytherin después de todo, Snape esperaba lo peor, así que asumió que la actitud del mocoso hacia él cambiaría apenas se encontrara entre los Weasley. Después de todo, ellos eran los perfectos padres. Sus hijos claramente los adoraban y les mostraban una fiera lealtad pese a las limitaciones monetarias. Molly y Arthur probablemente sabían cómo manejar todo tipo de crisis y no llamaban a sus niños con ningún nombre denigrante, menos golpearlos contra una pared. Medio raídas podían estar, pero tú prácticamente podías sentir el amor rezumando de las paredes de la Madriguera. Snape siempre había dicho que eran los bizcochos que inducían a la diabetes de Molly los que lo hacían sentir nauseoso en sus infrecuentes visitas allí usualmente relatadas a alguna actividad extracurricular de los gemelos, pero la verdad era, que el palpable sentimiento de hogar lo enervaba.

Harry's New Home - KbinnzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora