Capitulo 26.
Tristán.
Gabriela refunfuñó cuando volví a colocarme los pantalones y la camisa, arreglé mi cabello y salí del auto para pensar. Cerré con un portazo y camine a lo largo del estacionamiento para aclarar mi mente.
¿Virgen? Imposible. Yo y una buena porción de gente sabia que no lo era. Pero, ¿acaso ella no? ¿Estaba tomándome el pelo? ¿Era una broma?
No. Gabriela no jugaría de esa manera.
Entonces, ¿Por qué lo había dicho? Ella más que nadie tenía que saber la verdad sobre su cuerpo, porque, digo; todo lo que ocurrió con Trebor ella lo recordaba y ahora... resulta que no recordaba todo exactamente.
Moví mis pies, ansioso, tratando de sumar un poco de lógica a la situación. Gabriela sufrió un accidente que le dejo una amnesia parcial, por eso no recordaba varias cosas de su ultimo año consiente. Pero, a simple vista se podía concluir que sus recuerdos no estaban borrados por completo, me recordaba a mí, recordaba a Amy y Mick, a Marcia y a Trebor... aunque no todo lo relacionado con este último.
Su cerebro se quedo con las ocasiones alegres y románticas de su inservible relación con el imbécil de Trebor, pero, ¿olvido acaso la vez que le entrego su virginidad? ¿Se deshizo del recuerdo de cuando él la llevó a su casa y se enrollo con ella en la habitación de sus padres?
Sentí asco de mi mismo por saber todos los detalles de lo ocurrido, y traicione mi promesa de no pensar en eso. Le asesté una patada a la pared que tenia en frente, y los ladrillos se burlaron. Indagué lo más que pude para buscar una solución apropiada, pero las imágenes sobre la primera vez de Gabriela con Trebor no dejaban de presentarse en mi cabeza.
Me estaba volviendo loco. La sensación de asco me carcomía por dentro. Me tome por el cabello y lance un grito profundo al mismo tiempo que golpeaba una ventana del restaurante. Las personas del otro lado se espantaron y me vieron como si fuera un psicópata suelto por la ciudad. Me cruce de brazos y fruncí el seño furioso conmigo mismo, llegue al coche y vi a través de las ventanas polarizadas a Gabriela aperchada al borde del sillón trasero.
Introduje las llaves y abrí la puerta, me senté de un solo golpe sobre el lugar del conductor y le di un golpe al volante.
— Llévame a casa. — Ordenó Gaby.
Le eche un vistazo por el retrovisor y me percate de las arrugas de su frente.
— Lo siento... — Dije sin saber como seguir — Gaby no quería que todo acabara así...
— Llévame a casa. — Puntualizó.
Doble la espalda y le tome la mano, pero ella la retiro sin siquiera advertírmelo.
— No quería parar, Gaby. Te deseo tanto como tu a mi, solo que no puedo... — Negué con la cabeza — No puedo acostarme contigo mientras no sepas que...
— ¡Llevame a mi puta casa, Tristán! — Gritoneo.
Agache la cara y puse en marcha el coche. Conduje derrotado, y en momentos quise voltearme y decirle todo de una buena vez, pero recordé las palabras del Doctor Jim aconsejándome no forzarla a recordar y permanecí callado todo el camino.
Cuando aparque frente a su casa, Gabriela se bajo del coche y me tiro la puerta en la cara. Me estire sobre el sillón del pasajero y baje la ventanilla.
— ¡Te amo! — Le grite, pero ella siguió adelante con paso firme, claramente furiosa.
Di la vuelta en la siguiente calle y pase una vez mas frente a su casa, esperando verla y disculparme, pero estaba dentro de su habitación con la luz apagada.
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THE CONSTELLATION IN YOUR BODY (Counting the stars #1)
Genç KurguGabriela y Tristán son mejores amigos desde pequeños, entre ellos surgió una química irrepetible. Solo hay un problema, el asombroso y abusivo novio de Gaby que trata de mantenerla presa de sus encantos. Gabriela tendrá que caer al infierno, justo a...