Abril, mayo y junio pasaron delante de mí como si le diera vuelta a una página. Después de un cumpleaños número 14 con mis amigos gritando en el karaoke que compramos para la ocasión, Juan Pablo tomando tequila como si fuera el último día de su vida, Facundo y Lucas dándome látigo con una camisa, las chicas haciendo enjuague bucal a mis amigos de piano y yo perdiendo mis Memes Funny Pink que estaban al cuidado de mi ahora novio Facundo. Después todo muy normal.
Cuando por fin salimos de vacaciones las últimas semanas de julio, salimos para Brasil. Clancy y Raúl nos acompañaron, y se turnaban para vigilar las costas. Aunque yo insistía que fuera Clancy el que se quedara con nosotros.
Llegamos a Brasil el sábado, y nos quedábamos hasta el sábado siguiente, más tardar a la tarde teníamos que estar en Argentina, porque a las 9 de la noche teníamos un cumpleaños de 15.
Clancy conocía la isla como la palma de su mano, seguro se había informado antes, maldito sabelotodo. De día nos llevaba a islas cercanas a la nuestra, arrecifes, cascadas, selvas tropicales, peces coloridos, delfines y mucho colorido. Lugares hermosos para fotografiar, mi Canon no me faltaba. Hacíamos excursiones, caminatas largas que nos dejaban exhaustos al final del día. Caminábamos, buceamos con delfines, nadamos en cascadas de agua cristalina, veíamos muchos loros y pájaros coloridos, nos reíamos, disfrutábamos. Por fin los problemas quedaban en un segundo lugar y no nos preocupábamos. Era el propósito del viaje.
El penúltimo día en la isla decidimos cenar en la arena, en frente a la casa. Sushi y caipiriña, perfecto.
No estaba tan cansada porque ese día no habíamos caminado, por la mañana nos habíamos despertado a las 10, y solamente nadamos. A la siesta volvimos a la casa, y deambulamos, Lucas y Mari miraban tele, Sofía dormía, Débora tomaba sol y Facundo se había sentado conmigo en el enorme sillón con mi Mac a mirar las fotos que yo había sacado con la Canon. Mientras Lucas y Mari miraban lo que sea que estuvieran mirando en el sillón en frente de mí, yo le mandaba mensajes a mi papá avisándole que estaba todo bien y que la estaba pasando fantástico.
Me prepare una bañera con sales aromáticas, tarde casi una hora en terminar de bañarme por completo. Me puse un vestido de Forever 21 que había comprado en verano, era largo hasta los pies, con pequeñas flores en todas partes, me recogí el pelo en una cola alta, me maquille con un poco de corrector de ojeras y mascara de pestañas, y en los pies iba descalza porque me gustaba sentir la arena entre los dedos de mis pies. Ceñuda baje las escaleras para reunirme con mis amigos que me esperaban afuera sentados de chinito en la arena.
- ¿Qué pasa? Me pregunto Lucas
- ¿con que?
- Tenes cara de culo- dijo Débora
- Me da asco lo que tengo el pelo, el agua del mar me lo deja horrible. Me puse crema reparadora pero no hay caso.
- A mí me pasa lo mismo- dijo Mari
- Hay cosas peores- protesto Facundo. Lo fulmine con la mirada
- Cuando volvamos pido una cita si o si con Pedro. Lo necesito urgente.
- ¿Qué Pedro? ¿Qué hablan de citas? Vos no vas a ninguna cita- dijo Facundo
- Presta atención imbécil, Pedro es el peluquero y estilista de toda la vida de Clary.
- Gracias Lu- le agradecí por su explicación.
- Ah. Debe ser puto seguro- murmuro Facu
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Nunca dejes de amarme
RomanceLa historia describe la historia de Clary, que lleva una vida como cualquier otra, tiene curiosidades, problemas y es enamoradiza. El chico de sus sueños es inalcanzable, porque es su mejor amigo, se calla para no arruinar su amistad, pero... Es dif...