Capítulo quince: ¿Aceptas?

254 19 2
                                    

—Suéltame.

—No.

—Vamos... suéltame. Hay que entrar a clases. No seas terco.—Mei rió al sentir los besos del rizado en su cuello.

—Mh... no... quedan tres minutos—Murmuró apegado a su cuello—Y en esos tres minutos podría darte besos.

—Harry... nos están mirando. Ya, aparta...

Más besos.

—Y una mierda.—Refunfuñó separándose de la chica.

—Tu boca...

—Te encanta... lo sé.

—¡No!, que no digas groserías.

—Perdón... y un excremento de animal...—Se corrigió.

—Eres un caso perdido.

Sonrió y abrazó por detrás caminando hacia el salón de Meiran.

(...)

Se suponía que hoy después de clases Harry con Meiran pasarían el resto de la tarde juntos... un perfecto panorama.

Harry caminó hacia el salón 2-B y al entrar su dulce novia estaba guardando sus cosas. Cabizbaja como siempre, hasta que se percató de que venía Tabitha a hablarle. Podría inventar que estaba sordo... pero la chica no resultaba ser tan imbécil como él creía. A pesar de sus planes para no hablarle, sonrió.

—Harry.

—Tabitha.

—¡Te has aprendido mi nombre!

Él asintió. Si esta chica pudiese dejar de hablar como si tuviese un pito en sus cuerdas vocales, le caería mejor. Pero si seguía haciendo que chillase se quedaría sin tímpanos.

—¿Qué sucede?

—Verás... mi agente está en busca de un reemplazante de mi compañero de sesiones. Él se ha enfermado y está con licencia hasta siete días más.

Harry escuchó atento. ¿A dónde quería llegar con esto?

—Y como sabes... eres muy guapo.

—¿Y...?

—Hoy es la entrevista para el reemplazante y pensé en que querrías ir.

—No es lo mío, además que pasaré la tarde con Mei.

—¡Vaaaamos!—Chilló.

Mierda... mis oídos.

—Lo siento pero sald...

—Ve, Harry.—Le interrumpió la dulce voz de Mei con una sonrisa.

—Pero...

—Es una buena oportunidad. ¿No crees?—Preguntó Tabitha.

—Mei...

—¡Ella te ha dicho que vayas!

—¡Bien! Pero no chilles que no estoy sordo, joder.—Siseó.

Tabitha asintió y Mei sonrió.

Una simple semana. ¿Qué más daba...?, además quizá ni me acepten... con la entrevista y eso.

(...)

—Contratado.—Sentenció la agente de modelaje a penas Harry puso un pie en la oficina.

—Pero... ni siquiera...—Trató de decir el rizado.

—Es perfecto Tabitha. Hacen una pareja hermosa.

—¿Ves?, te lo dije.

Harry no contestó.

—El trabajo es simple preciosura. Tú sólo debes sonreír y más... ganarás tu propio sueldo, claro. ¿Aceptas?

—S-supongo.—Respondió cohibido.

—Mañana mismo empezamos. ¡A las cinco y media aquí!

—¿Qué será la temática?—Preguntó Tabitha acomodando su cabello.

—¡Amoooor!—Casi grita la rubia—, la primera palabra que se me viene al mirarlos es amor.

Perfecto. Se dijo a sí mismo con ironía.

Creyendo que él ya había terminado ahí se marchó, pero doña Pito lo detuvo.

—¿Quieres cenar conmigo en mi departamento?

Lo pensó. Pensó y pensó. Bien. Será su compañero después de todo, tendrá que verle la cara los días que fuesen necesarios.

—Bien.—Soltó un suspiro.

Al llegar al departamento era como para tres personas. Habían muchos estuches de maquillaje, revistas y ropa.

—¿Por qué vives sola?

—No me gusta estar con mis padres...—Revolvió la comida de la olla—O más bien a ellos no les gusta estar conmigo.

Increíble... ella podía hablar como un ser humano, pensó.

—Ya veo...

Ambos se sentaron y ella le sirvió arroz con pollo, mientras ella comió un poco de pollo con ensalada verde.

—Paso todos los días sola, como podrás darte cuenta.

Harry asintió mientras comía.

—Así que me preguntaba si querrías cenar conmigo los días que nos toque sesión.

—Hm... sí... supongo.

Conversaron más y Harry acabó con su pesadez hacia ella; se había dado cuenta que podía ser simpática. Pero aun así odiaba la condenada voz chillona que soltaba cuando se emocionaba o le gustaba algo mucho.

—Espero no haberte quitado mucho tiempo—Dijo en la puerta de su apartamento—. La verdad es que hace meses no comía con alguien...

—No hay de qué.—Sonrió ladeado. Y sintió que la chica besó su mejilla, muy cerca de sus labios. Pero lo ignoró.

—Adiós, Harry.

—Adiós.

No le había quitado tanto tiempo... hasta que miró su reloj. Mierda...

Eran las 21:47. ¿Cómo había pasado tanto tiempo?

Decidió llamar a Mei, extrañaba escuchar su dulce voz.

—¿Harry?

—Mei... ¿cómo estás?

—Bien. ¿Y tú?, ¿Cómo te ha ido en la entrevista?—Supo que la chica había sonreído.

—Me han contratado. Pero es de reemplazante y no es por mucho tiempo—Sonrió mientras caminaba—, mañana vamos a salir. ¿Te parece el cine?

—¡Lo harás genial!, y sí. El cine suena muy interesante.

—Quiero besarte...

Escuchó una risita.

—Mañana me verás.

—Pero yo quiero ahora...—Hizo un puchero. Y sabía que seguramente ella estaría sonriendo y sonrojándose.

—No seas tan impaciente. Mañana me verás... además es tarde, falta poco. ¿Dónde estás?

—Hm... en... en mi casa...—Mintió. Después le diría lo que sucedió, ¿no?

—Ya veo...

—Mañana pasaré a buscarte. A las 7:30 así que debes estar lista.

—Bien... te esperaré. Adiós.

—Adiós Mei. Te quiero.

Y colgó. Ella jamás respondía a sus «Te quiero» pero seguramente era porque aún es tímida. O esperaba que fuera por eso.

~~~~

Decidí subir dos capítulos para recompensar lo que no había subido por mis pruebas esta última semana <3. Espero que lo disfruten :3.

Dos Palabras | HS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora