Cap. 13 ¿Por qué a mi?.

33 5 0
                                    

Al despertar, me fui corriendo al baño. Entré y comencé a vomitar. De pronto, siento que alguien toma mi frente.

-Tranquila pequeña.- me dijo Mauro.

Después de un rato, cuando me sentí “mejor”, me levanté del suelo, me miré al espejo y veo mi cara pálida.

-¿Querés que llame un doctor?-

-No. Voy a estar bien.- le respondí, yendo a la cama.

Cuando me acomodé, me volví a dormir.

Al despertar de nuevo, veo que Mauro estaba a mi lado durmiendo. Pero otra vez me tuve que ir corriendo al baño porque de nuevo quería vomitar. Apenas entré, vomité.

-Ahora sí que llamo a un doctor.- me dijo mi amor, tomándome la frente.

Al levantarme del suelo, lo veo y estaba hablando por teléfono.

A los diez minutos llegó el doctor.

-¿Dónde te duele?- me preguntó, tocándome el estomago.

-A la altura del ombligo.-

-Ok.-

Me revisó por algunos minutos y me dijo:

-Parece ser una infección estomacal o una secuela de alguna rabia o una presión. ¿Has tenido alguna situación que te preocupara?-

-Ayer fue mi licenciatura.-

-Mmm… Puede que eso te haya afectado más de la cuenta. Te vas a tomar una infusión de hierbas y vas a permanecer todo el día acostada. No quiero que te levantes.-

-¿Doctor, no le dará algún medicamento?- le preguntó Mauro.

-No es necesario. Solo es estrés.-

-De acuerdo. Gracias por su tiempo.- le dijo Mauro, llevándolo a la puerta.

Cuando volvió a la habitación, me dijo:

-Te prepararé un hierbita.-

-No, yo la hago.-

-¿Estás loca?, el doctor dijo que no te levantaras por nada del mundo.-

-Bueno… Pero la quiero sin azúcar-

-Ok.- me dijo y se fue hacia la cocina.

A los cinco minutos después llega con una taza. Me tomé la hierba de a poco, mientras veía televisión.

Llegada la tarde, me sentía mejor, así que intenté hacer mi vida normal. Digo intenté, porque Mauro me lo impedía, pero de a poco y con unas palabras, iba cediendo.

Pasaron los días y mi salud era la de antes. Muy buena.

Estábamos cocinando con Mauro y en eso, me dice:

-Amor, con mis amigos tenemos planeada una salida a la disco… ¿Puedo ir?-

-¿Quiénes van?-

-Van todos.-

-¿Y a qué disco?-

-Una de por aquí.-

-Mmm… lo pensaré…-

-De acuerdo.-

Servimos la comida y nos sentamos a almorzar. Estaba muy rico el almuerzo que habíamos preparado.

-¿Me vas a dejar?- me pregunta, poniendo puchero.

-Mmm… Anda y pásalo bien.-

-Gracias…- se me tiró encima y me llenó de besos.

Mi verdadero platónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora