Una vez en casa, cenamos. Después vimos un rato la televisión y yo me fui a mi habitación a descansar. Recordé el papel que encontré dentro de la estatuilla. Aún lo tenía en el bolsillo del pantalón. Lo abrí. Tenía un mensaje.
La libertad se encuentra en Jericho.
Junto con el mensaje venía una foto. Parecía un grafiti, pero solo un trozo. ¿Qué demonios significaba eso? A ver, por lo que dice el mensaje en Jericho se encuentra la libertad, así que puede ser un lugar donde los androides sean libres. Pero con todo lo que está pasando ahora... ¿puede existir un lugar así? Además, ¿qué significaba la foto?
Todo apunta a que las estatuillas son para mí. Pensé y pensé. Hasta hallar una posible solución.
Quizás los androides que ayudé piensan que soy uno de ellos. Cuando ayudé al del otro día, le tendí la mano izquierda para ayudarlo a levantarse. Como dicha mano es de androide, quizá, al entrar en contacto con mi brazo robótico, pensase que soy un androide. Por eso me deja las estatuillas, si es él el que las deja, claro. Y supongo que las deja para que sepa de la existencia de ese tal lugar llamado Jericho. Puede que este androide conozca al que he ayudado hoy, porque parecen trabajar en el mismo sitio. Quizá al que ayudé les hablo a sus compañeros androides de que una de ellos, la cual se había quitado el led, porque obviamente yo no lo llevo porque soy humana, pero él pensó lo contrario, le ayudó. Y al que he ayudado hoy puede que pensase que yo era esa androide. De ahí que me hubiese dado la nota con la pista. Supongo que me la dio por si no había descubierto todavía que el interior de la estatuilla escondía un secreto.
A ver si tengo la oportunidad de decirle a uno de esos dos androides que yo soy humana, porque estoy un poco harta de tanta estatuilla.
Me tumbé en la cama, dispuesta a dormir. Recordé lo sucedido con Connor. Una sonrisa floreció en mi rostro y un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal, erizando cada vello de mi cuerpo. La felicidad me abrumaba. Empezaba a sentir cosas por él. No estaba segura de qué sentía exactamente. Pero, como había dicho Connor, era un sentimiento agradable.
Al día siguiente, lunes, me encontraba desayunando en la cocina, en compañía de Connor, cuando de repente escuchamos a mi padre gritar desde el comedor.
- ¿¡Pero que cojones!?
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La hija del Teniente (Detroit Become Human FanFic) [COMPLETA]
FanficRebecca Anderson, hija del Teniente Anderson y con un gran sueño; ser inspectora. Actualmente, a sus 18 años, está estudiando Bachillerato. Lleva una vida aparentemente normal, aún que suele ayudar a su padre con los casos, de forma secreta, claro. ...