Latidos

Te vi

Te vi. Y no literalmente, sino que te vi, te vi antes de que aparezcas, te vi en mis sueños, te vi llegar, te vi convertirte en mi universo, pero todo eso lo vi antes de que llegaras a mí.
No sé si es casualidad, si es destino, suerte, o lo que sea, pero llegaste a mi vida y eras tan parecida a la de mis sueños, eras ella, eras lo que siempre quise para mí, para mi futuro...
En mis sueños, me susurrabas amor al oído, no la palabra amor, sino que tu amor, yo sentía tu amor cuando te acercabas, y llegaste, llegaste tan llena de luz, iluminándome la vida, el alma... No entendía como pude vivir tanto tiempo sin vos, y muchos me dirán que son cosas de la adolescencia, etapas, pero no, te siento, estas acá, en mi corazón, latente desde la primera vez.
Lo que doy por sentir tus manos tocando las mías, sentir tu piel suave acariciando mi mano, tus ojos color café frente a los míos, haciéndome sentir viva, haciéndome sentir la persona más feliz del mundo, haciéndome sentir que si estoy con vos no importa nada más, y esto siento ahora, pero sé que lo voy a sentir para toda la eternidad, porque fuiste en todas mis vidas pasadas y sos actualmente mi primer amor, el verdadero amor, el amor de mi vida.

 No creo que leas esto nunca, no porque no confié en vos, sino porque esta es mi debilidad, vos sos mi debilidad, mi cable a tierra, por lo que sigo en estos momentos a pesar de todo lo que me pase, porque, mas allá de los mil trecientos sesenta y tres kilómetros que nos separan, vos estas junto a mí, te siento junto a mí y no quiero que te alejes nunca. ¡Por favor! no te alejes nunca.  

Enero del 2016.