𝘎𝘢𝘮𝘦 𝘰𝘷𝘦𝘳, 𝘊𝘩𝘢𝘯𝘺𝘦𝘰𝘭.{𝘊𝘩𝘢𝘯𝘣𝘢𝘦𝘬 / 𝘖𝘯𝘦𝘴𝘩𝘰𝘵}

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— Créeme, no pienso tener misericordia. Te voy a reventar esa bonita cara a base de puñetazos, Baekhyun.

Parecía ser que el más pequeño le divertía la idea, incluso, se podía decir que con aquella sonrisa que se le había dibujado tan juguetona como la de un gato preparado para atacar su precioso ovillo de lana, le incitaba para que lo atacara, que era todo suyo. Y Chanyeol no tuvo ningún reparo, ni siquiera dudo un segundo cuando alzo el puño a la vez que su cuerpo se cernía sobre el mayor. Pero fue demasiado ágil, Baekhyun gozaba de una constitución pequeña que le otorgaba esa capacidad que siempre había envidiado Chanyeol. Su puño se quedó sobre el aire, fue demasiado tonto, actuar cegado por la rabia solo conseguiría perder y dar a su rival una gloriosa victoria. Cruzo los antebrazos bloqueando una patada que fue acompañada de una siguiente y con más fuerza. Le ardían los músculos, cualquier otra persona se le habría partido en dos, pero Chanyeol no era cualquiera, no se dejaría ganar ni aunque terminase con cada hueso partido en un millón de fragmentos.

—¿Qué sucede, Channie? Parece ser que escucho los primeros gimoteos, uh.

<< Imbécil >> Pensó Chanyeol pero prefirió mantener la boca cerrada, no iba a entrar en el trapo, tampoco iba a gastar saliva en vano cuando lo único que quería era reventarle. Se volvió a lanzar hacía él, esta vez con más detención, reparo que había levantado el puño izquierdo y sabía que aquello era una técnica para distraerlo y que creyera que atacaría por ahí, cuándo su verdadero plan era clavarle una de sus patadas en la rodilla para que perdiera el equilibrio y rematar entre sus costillas y quizás terminase rompiéndole la nariz. No volvería a caer. Y cómo había prestigiado bloqueó su ataque con la derecha llevando todo su peso hacía ese lado, sin perder el equilibrio y devolviéndosela con la contraría que consiguió hacer un gancho en su mentón, provocando que un desagradable sonido llegará hacía sus oídos. Pero no se detuvo, el frenesí que corría por todo su cuerpo con el retumbar de los propios palmitos de su corazón, le recordaban la sensación después de bajar de una montaña rusa. Extasiado. Se agacho aprovechando el aturdimiento de su oponente y llevo sus puños hacía el estómago, dándole un golpe tras otro; se benefició por la falta de protección de los costados para rematar entre su costillar un par de golpes que dejarían a cualquiera sin una pizca de aire.

— ¿Ahora te ha comido la lengua el gato, Baekkie-ah? Parece ser que cuándo uno se da cuenta que esta perdiendo se le esfuma toda la gracia.

La sonrisa de Chanyeol desprendía lo que iba a tener al final de esta batalla; una victoria. Pero también había aprendido que nunca debía de subestimar a Baekhyun, que este no se iba a rendir tan fácilmente, que no era un contrincante que se dejara machacar con facilidad y tampoco le haría un camino repleto de pétalos. Si fuera por él, se ahogaría en un mar de espinas. Y tal como había esperado Baekhyun se puso en pie, y en su mirada había una determinación que le llegaron a poner los pelos de punta. Eso que veía en él, era lo que tanto le gustaba, aceptaba su juego y no se dejaba machacar con facilidad, que ni siquiera la altura era un impedimento para reventarle el culo sin ningún problema.

— Una puta barra, Chanyeol. ¿Me escuchas? Sólo una y estás fuera, creeme que el que terminara suplicando misericordia serás tú. - Baekhyun se puso en defensa, todo su cuerpo era adrenalina pura y desprendía un calor abrasador, hasta cierta distancia esas llamas invisibles alcanzaban acariciar a Chanyeol.

— No te olvides que estamos en las mismas, preparate porque esto termina aquí.

Ambos se prepararon, y cuándo vieron que era el momento echaron a correr uno hacía el otro, esa era la meta; terminar con esa absurda pelea. Baekhyun fue lo suficiente inteligente como para haber ideado un plan en apenas un par de segundos antes de alcanzar a Chanyeol. Su cuerpo se echo hacía atrás, haciendo creer a su rival que iba a resbalar, pero inmediatamente logro incorporarse, fue tan rápido cómo una brisa en verano y Chanyeol fue lo suficiente lento como para lamentarse en voz alta. Sus golpes se hacían invisibles a medida que se impactaban contra él, sin pausas y sucesivamente. Contra más veloz fuese Baekhyun el oponente no podría reaccionar y protegerse o lograr meter un ataque entre los golpes que no dejaba de dar, no le dejaría respirar si aquello le adjudicaba la victoria. Cuándo remetió el último gancho, se agacho extendiendo una pierna con la suficiente fuerza y potencia en el giro para derribarlo; la primera logró aguantar de pie, pero cuándo la segundo llego ya que no vacilo en utilizar la misma técnica por segunda vez, terminó por demolerlo. Baekhyun voló sobre el cuerpo de Chanyeol, bloqueó todo movimiento con su propio peso, y aprovechando el estupor le dio el golpe final.

— Your Loser, Channie. Y de golpe la pantalla se volvió negra, con unas letras que le recordaban a Chanyeol que había perdido otra vez, por quinta vez contra Baekhyun.

— N-No.. ¡No puede ser! Casi te tenía, joder.

— Claro, "casi". Pero no te preocupes, Channie. Puedes seguir practicando y quizás algún día me venzas o me llegué aburrir, creo lo segundo es lo más problable. Pero por ahora has perdido y la apuesta la he ganado. ¿Cómo vas a llevar eso de ser mi esclavo durante una semana, uhm?

Baekhyun irradiaba felicidad mientras que Chanyeol aún murmuraba que podría haberlo ganado si tuviera más buena memoria para los comandos, debido a la cantidad de combos que tenía su personaje Jin de uno de sus videojuegos favoritos, Tekken 7.

— No puede ser, aún no me lo creo. ¿Cómo me has podido ganar con Lili? Malditas rubias.

— No subestimes el poder de mi personaje, es preciosa. Y además me han entrado ganas de tomar un té, ¿debería de usar tus servicios y hacer que fueras al centro a por uno?

Chanyeol seguía demasiado indignado cómo para haber escuchado a Baekhyun, tampoco se opuso o más bien se dio cuenta cuándo el mayor le quito el mando de entre las manos, ya le daba igual, habían jugado cómo mil veces y siempre era el mismo resultado. Era cierto aquello que el aprendiz superaba al maestro. No se sobresaltó cuándo Baekhyun se le sentó ahorcajadas y menos cuándo comenzó acariciarle los hombros que en aquel momento la tensión se agolpaba sobre esa zona.

— Algún día te dejaré ganar, ¿vale? Pero por ahora, te he metido una paliza que hasta a mi me ha dolido. Pero lo más importante es que tengo un montón de ideas que tú, elefantito mío, debes de hacer realidad.

Y Chanyeol no llegó a replicar, los labios de Baekhyun acariciaron los ajenos, cómo un pequeño saludo, con cierta timidez, buscando el permiso para que le abriera la puerta, ¿Cómo se iba a resistir? Chanyeol no podía, no cuándo sus delicadas manos ascendían por su cuello, cómo su pulgar se perdía entre caricias por su nuez. Baekhyun siempre le había fascinado esa parte de él y sobre todo a Chanyeol le maravillaba más cuándo sustituía sus dedos por esa mágica lengua. Pero por el momento, se perdió en su boca y es que era fácil perderse con él, todo en él era mágico. Y si había pensando que todo había terminado en el videojuego, estaba loco. Otra batalla se había librado entre sus lenguas, parecía que ahí no abría tregua alguna. Una atacaba con ira, mientras la otra retenía los ataques a base de mordiscos. Era el puto infierno y es que con Baekhyun era tan fácil estar en el paraíso como descender al apogeo de las llamas del infierno en un instante.

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𝙶𝚊𝚖𝚎 𝚘𝚟𝚎𝚛, 𝙲𝚑𝚊𝚗𝚢𝚎𝚘𝚕.{𝙲𝚑𝚊𝚗𝚋𝚊𝚎𝚔 / 𝙾𝚗𝚎𝚜𝚑𝚘𝚝}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora