La pluma se desliza entre los matices
porque cada que llueve los días se tornan grises;
entre la hegemonía de las cosas que recitas
al instante que limitas todo lo que dices.
Momentos efímeros sobre mi ventana
que voy descubriendo a cada mañana;
porque siento que para superarte
el arte debe de casarse con quien la emana.
Las gotas que se caen, gotas que ya se ven,
gotas que penetran dentro de la piel,
gotas que con un suspiro
al verlas deliro dentro del Edén.
Lluvia que se siente, lluvia que es diferente,
lluvia que recae encima de la gente
porque son como lágrimas
entre lápidas de omniscientes.
Ya dentro del suspiro las gotas se transforman,
los días pasajeros como en las rotondas,
la lluvia se concentra dentro de mi lectura y al igual que mi cultura,
por las calles se desborda.
