¿Soy un fantasma?

Desde el momento en el que Gustavo entró a la casa, se sintió observado por alguien o algo. Pero sabía que era ridículo, el antiguo inquilino había muerto una semana antes. No tenía familia, ni mucho menos un amigo que le echase de menos.
No quiso presentar atención a esto, pues creyó que solamente eran sus nervios traicionándolo en el peor momento. Por lo cual, se dispuso a recorrer la casa de un lado a otro lo más rápido posible.
El señor Tauson murió sólo, era un ser mezquino, cruel, era el demonio en persona. Todos los que le rodeaban morían de formas horribles.
Cada vez que Gustavo pasaba juntos a uno de los cuadros, que colgaban en las paredes de la casa, por alguna extraña razón se volvía a sentir observado, como si las personas retratadas en las pinturas fueran quienes no lo dejarán de mirar rencorosamente más bien con odio por haber entrado a la casa sin permiso.

Sin embargo, una vez más, no prestó atención a las alarmas de su cuerpo.

« sabía era imposible, él no creía en los fantasmas, siempre había pensado que era un cuento para los niños para que tuvieran miedo».

—Tranquilízate, solo es una casa vieja, eso es todo—se dijo a sí mismo.

Había recorrido la casa entera, Gustavo creyó encontrar lo que tanto buscaba, una sólida y pesada puerta de acero oxidado.

Tras forzar la cerradura de la puerta, al igual que lo había hecho antes con la puerta de la entrada, Gustavo entro ágilmente en el interior del cuarto, y de inmediato su atención se posó en un altar en el que se encontraban algunas velas encendidas y otras casi extintas. En la pared había otra pintura más.

Al ver el cuadro, un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo, quien estaba retratado en la pintura no era otro sino el señor Tauson. No obstante en ella, el viejo tenía un semblante perturbador, más bien: diabólico.

En ese momento nunca había hecho caso a todos los que decían los vecinos, que al llegar la noche al pasar por la casa del siniestro viejo; se le podía escuchar hablar con alguien desconocido. Su voz era horrible; al parecer, el alma negra del viejo sonreía únicamente con oírla.

A pesar de esto, Gustavo creía que esas historias para asustar a la gente y que no buscasen su fortuna ya que era uno de los habitantes más ricos o eso decían.

El dinero del viejo Tauson era lo único que le importaba de aquél sitio.

Oyó una sonrisa maléfica por la habitación, pero no había nadie. De repente, tuvo la sensación de que había alguien detrás de él, la sangre se le heló a causa del miedo y el temor de lo que significaba. Sus piernas no respondían, estaba perdido.

— ¿Querías robarme? — sonó con una voz atronadora.

— ¡No-o!

— ¡Mientes muchacho!

—No lo hago—Gustavo temblaba sentía que el mal estaba rozándole la piel.

El joven vio de soslayo el cuadro, ya no estaba el viejo era como si no hubiera existido.

—Ahora seré yo quien te robe— oyó decir, con una sonrisa enfermiza.

La oscuridad se apodero de su ser y solo pudo ver su cuerpo en el suelo. Estaba muerto, por ser ciego y un estúpido. Con todas las señales de amenaza que su cuerpo le mandaba no vio el peligro.

«Lo único que él tenía en este mundo era su vida y ese viejo se lo ha arrebatado. Solo quería dinero para alimentarme pero ahora... no volveré a ser como antes» la tristeza de la cruda realidad inundo el corazón del joven.

Todos aseguran que en la noche en la que Gustavo desapareció, se escuchó nuevamente la risa macabra del señor Tauson.

Nadie se atrevía pasar por su maldita casa y mucho menos entrar. Algunos vecinos han visto deambular el fantasma del joven recorriendo cada ventana todas las noches.

La policía entro para investigar la desaparición, de Gustavo. Solo encontraron un retrato del joven con el rostro desencajado por el dolor. Cuando uno de los policías toco el lienzo estaba húmedo lo que significaba que alguien o algo lo habían pintado.

¿Pero quién? Hicieron fotos de todos los cuadros incluyendo el del señor Tauson que tenía una sonrisa dibujada en su rostro. Los policías aseguraron que se podía escuchar ruidos inexplicables y cuando se fijaron en el cuadro el viejo cambiaba de posición en el cuadro. Pero eso es otra historia.

Fin