Capítulo Uno

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Me gustaba sentarme al lado de la ventana, podía ver el camino hasta llegar a casa. Me sentía demasiado cansada, no debí quedarme despierta tan tarde viendo un dorama.

Sentí que alguien se sentaba en el asiento de al lado. El autobús se llenaba a esa hora, tenías suerte si encontrabas asiento libre.

Poco a poco mis ojos comenzaron a cerrarse y me quedé dormida sin darme cuenta.

Me levanté de repente y noté que un suéter me cubría, pero eso no fue lo más extraño. Estaba recostada en el hombro de la persona de al lado.

La vergüenza me invadió y me aparté rápido. Me había dormido en el hombro de un chico.

Muy guapo a mi parecer.

—Tranquila. Puedes seguir durmiendo, no me incomoda.

Me ofreció su hombro.

Y una sonrisa.

Mis ojos no pudieron volver a cerrarse.






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