Capítulo Tres

654 92 19
                                    

Llevaba puesto un sólo audífono, la música a volumen un poco alto. Me gustaba así.

El vidrio de la ventana se había empañado a causa de la lluvia. Acerqué mi dedo índice para trazar líneas y dibujos abstractos. Por último, escribí mi nombre.

Aparté mi mano y sonreí divertida por mi obra de arte un tanto rara.

—Lena. Lindo nombre.

Esa voz. Su voz.

Ahí estaba a mi costado el chico del otro día. Su cabello castaño se encontraba húmedo, su piel estaba pálida y sus ojos azulados estaban puestos en mí. Bajé la mirada a su regazo en el cual estaba mi mochila.

Al notar que lo observaba sin decir palabra alguna, sonrió.

Una maldita sonrisa encantadora. Sentí que me derretía por dentro.

El chico volvió a hablar.

—Hola.




Encuentros pecosos |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora