Capítulo Único

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Yoongi realmente no disfrutaba de la soledad; estar solo no lo hacía sentir bien, sino todo lo contrario. La soledad le lastimaba en lo más profundo de su ser, el sentimiento de dolor lo consumía pero aún asi nunca intentó cambiarlo. ¿De qué servía? Hace ya tanto tiempo había entendido que pedir ayudar no cambiaría las cosas. Nadie estaría para siempre, nadie se quedaría junto a el eternamente. Yoongi no quería estar solo, pero luego de muchas circunstancias, siempre pensó que de este modo su vida funcionaba mucho mejor

Vivía solo, en una gran casa heredada de sus padres. No tenía mascotas, no tenía pareja, no tenía amigos y hace ya mucho tiempo dejo de tener una verdadera familia; Yoongi no tenía a nadie. ¿Quién iba a ayudarlo? ¿Quién iba a sacarlo de tal soledad? Para el fue más fácil rendirse que buscar alguién que le diera una pizca de amor u atención

Rutinariamente paseaba en las noches por un gran parque de su cuidad y se sentaba siempre en la misma banca, la más alejada de toda la gente que allí había. Le gustaba mirar de lejos a las familias divertirse; tanto niños, como adultos disfrutaban de ese pequeño espacio cubrierto de árboles y con algunos juegos. Yoongi se preguntó cómo pequeñas cosas lograban la felicidad de aquellas personas. El quería poder disfrutar de las insignificantes cosas de la vida, de ese modo. Quería poder sonreír como lo hacían esas personas con sus familias, anhelaba una felicidad tan sincera como esa.

Sin darse cuenta las lágrimas comenzaron a resbalar nuevamente de sus ojos a sus mejillas, ni siquera supo cuando había dejado escapar esas pequeñas y molestas gotas, soltando leves sonidos que eran opacados por las personas que estaban a unos metros de el.

En ese momento se preguntó por qué no podia ser asi de felíz, qué estaba mal en el, qué es lo que necesitaba para no sentirse asi.

Paró su llanto cuando oyó pasos a acercarse a el y vió unos zapatos delante suyo. Limpió con torpeza algunas de sus lágrimas y levantó la mirada, encontrándose con un pañuelo de un brillante color azul. ¿Era para el?

—No te preocupes, sé que tienes problemas pero ten por seguro que se resolveran pronto. Confía en mi— Yoongi dudó en recibir ese pañuelo, pero esa dulce voz le inspiró una extraña confianza. Sus manos temblaron al intentar recibir el pañuelo para luego limpiar mejor sus lágrimas con el

El extraño muchacho se sentó a su lado, sonriéndole. Yoongi solo podía preguntarse el por qué esa persona intentaba animarlo y por qué le sonreía de ese modo tan... Agradable

—Si crees que llorar te hará sentir mejor, hazlo. Yo me quedare aquí, contigo

Esas palabras le reconfortaron a pesar de porvenir de un desconocido y sintió que era justo lo que necesitaba oír.

Yoongi volvió a llorar, muy de repente apoyando su cabeza en el hombre del chico, mientras que éste le daba pequeñas palmadas en su espalda, susurrando leves palabras de ánimo. Ninguno habló luego de eso, se quedaron asi tal vez díez, veinte o treinta minutos, no estaban seguros y a ningún le importaba saberlo realmente

Un simple y casi inaudible "Gracias"  fue lo único que dijó Yoongi antes de levantarse y volver a casa. El extraño no dijó nada, el tampoco esperó respuesta y simplemente se fue. Creía que no era necesario preguntarle algo a ese chico, no lo volveria a ver. Ya no debía ser importante

Miró nuevamente con duda la perilla de su puerta pensando si lo correcto era volver a ese parque. Ciertamente no quería ver a ese chico de nuevo, se sentía avergonzado por llorar frente a el. Pero aún así creía que debía agradecerle como era bebido por intentar darle ánimos.
De cierto modo, sus palabras le alegraron más de lo que querría admitir, tanto que había pensado en ellas todo el día, logrando que dejara de lado todos sus diarios pensamientos negativos

Mi Felicidad - YoonJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora