Capítulo 8: Ridisurdo, juegos y promesas rotas.

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Capítulo 8:  Ridisurdo, juegos y promesas rotas.

Skyler.

Abro los ojos despacio pero intantaneamente se cierran por la luz del móvil apuntado hacia mi cara. Levanto con pereza mi cuerpo e intento rememorar los sucesos de anoche y así tener una respuesta del porqué mi cabeza amenaza con estallar en cualquier momento.

Salgo de la cama arrastrando los pies hasta el baño en busca de una ducha fría. Al llegar, observo mi reflejo y parezco como si me hubiesen masticado una y otra vez terminando por vomitarme, pisotearme y escupirme. Horrible. Me mostraba pálida, con el cabello similar a un nido de pájaros, los ojos cansados y los labios igualmente pálidos. Siendo sincera conmigo misma, cada mañana me levanto de este modo pero no con esto puesto.

De pronto unas ganas tremendas de vomitar se apoderan de mi por lo que aprieto con fuerza la pansa, por instinto, me coloco en cuclillas frente al retrete y levanto la tapa para expulsar toda mi existencia pensando en qué rayos pasó ayer que mi cuerpo se transformó en el templo de la desgracia. Jalo la palanca e intento ponerme en pie pero mis piernas no me sostienen del todo. Flanqueando quedo una vez más frente al espejo.

Al ver hacia abajo no puedo evitar lanzar un grito de horror. El maldito de Zachary acaba de disfrutar de mi cuerpecito sin previo conocimos de mi parte. ¿Por qué otra razón tendría su camiseta del equipo puesta? La subo lo más que puedo mientras sufro por la migraña que me taladra la cabeza. Quizá me precipité a los hechos.. Tengo la ropa interior, pero, pudo quitala y ponerla sin ningún problema. Un escalofrío recorre si columna al imaginar las manos de Zachary haciendo milagros con mi cuerpo para luego pasar la lengua por... Niego con vehemencia deshechando esos pensamientos porque no existe la posibilidad de que eso ocurra y punto. Saco la camiseta entrando por fin en la ducha.

Lo único que tengo claro es el haber ido la fiesta en la playa que Zachary me invitó, del increíble beso que hizo mover mi mundo en más de una forma; de manera inconciente, paso un dedo por el labio inferior. Besa de maravilla, al principio no lo acepté porque ni siquiera estoy acostumbrada a  su cercanía como para encima, ser asaltada por sus jugosos labios y, hablando de labios, ¡¿Cómo se me ocurre decir que usa labial?! ¡¿Qué hombre usa labial?! Esto es nuevo para mi. Con Sean, teníamos una relación centrada en sexo y apariencias cuando él buscaba brillar opacando lo que nunca tuvo luz.

Los cariñitos, coqueteos, juego nunca existieron y ni hablar del sexo más frío en la faz de la tierra. Al principio, estuve enamorada pero con el paso del tiempo el sentimiento fue muriendo despacio siendo el haberlos encontrado el punto de quiebre.

Al salir de la ducha, me pongo una ropa cómoda y tomo una aspirina que Tess dejó para mi junto a una nota «Tómame (no me refiero al sexo, Sky) » ruedo los ojos. Ella cree que todos tenemos la mente tan pervertida como para asociarlo con el sexo.

Camino hasta la cafetería por la fuente de mi existencia. Necesito ahora más que nuca un rico, delicioso y humeante café bien cargado. Saco el móvil para revisar los mensajes nuevos que me despertaron y tengo uno de Courney, el violador de Zachary y Eve.

Bffa/ Cuñis: ¡Amiga! Todos hablan de ti y no específicamente por la publicación en facebook de ti siendo una Cluff, con la diferencia de que esto sí es cierto. En fin, Josh está que echa chispas así que si lo ves trata de eludirlo como si fueses una traficante de marihuana. Por cierto, Z te llevó a casa luego.

¿Josh está enojado? ¿Cuándo llegó Cour a la fiesta? No tengo las cosas claras, solo recuerdo un vaso, piel y una fuerte mano que me arrastra sin motivo para luego todo volverse borroso. No tengo ni la menor idea.

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