Papá de Acero -KaiSoo-

Sujeto Prueba

Bienvenidas y Bienvenidos a esta nueva historia la cual es una alta referencia a una de las sagas de vídeos juegos que más amé y tuve la suerte de jugar. Vuelvo a repetir, no se como irá avanzando ni que tan bien podré explayar la ambientación del juego. Por ello les invito a ver algún gameplay del Bioshock 2 (mi preferido de las tres partes) por el simple hecho de mostrar una historia en donde puedes apreciar con exactitud hasta donde puede llegar el amor un padre por su hijo.

Sin nada más que decir, espero que lo disfruten ^^

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Y si sientes que te estás hundiendo, yo saltaría

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En agua muy fría por ti

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Y aun que el tiempo pueda llevarnos a diferentes lugares

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Seguiré siendo paciente contigo

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Y espero que sepas

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No te dejaré ir

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Seré tu salvavidas esta noche...

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– ¡Vamos Papá! ¡No vas a encontrarme!– Canturreó una voz infantil que se escuchó a lo largo del pasillo vacio.

– ¿Tae Oh cuantas veces dedo decirte que Papi está esperándonos para cenar?– Exclamó con cansancio un hombre con notables ojeras debajo de sus orbes cafés, el exhausto adulto en esos momentos se encontraba revisando con total desgana dentro de una papelera lo suficiente grande para ocultar al pequeño revoltoso de ocho años que tenia por hijo.

– ¡Cuánto más rápido me encuentres más rápido llegaremos a la cena!– Respondió Tae Oh para tortura de su padre quien cargaba con una aterradora amenaza sobre el cuello, obsequio de su amoroso esposo.

"Si vuelves a llegar tarde para la cena, te cortaré los huevos y se los daré de comer a los peces"

Kyungsoo podía ser todo un demonio cuando se lo proponía y este era una de esas ocasiones, le gustaba respetar los momentos familiares, entre estos se encontraba la cena a la cual por cuestiones laborales faltó tantas veces que ya perdió la cuenta, no le extrañaba que fuera exigente. Su sensual piel morena palidecía con solo rememorar sus frías palabras, aun así amaba no dejaba de contar los minutos para llegar a casa para ser recibidos por esos apetitosos labios en forma de corazón apenas cruce la puerta, no iba a negarlo amaba con locura a su esposo.

– ¡Vamos Tae Oh sal ya!– Llamó a su hijo, suspirando con fuerza al no verlo por ninguna parte de la recepción. Solo esperaba que el chico no terminara rompiendo algo que deberá pagar luego, no sería la primera vez que sus travesuras le costaron al menos el veinte por ciento de su sueldo por reparaciones.