HoonSik (BTOB) 🔞🔷

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Jung Il Hoon estaba teniendo un día como cualquier otro en la misma oficina, rodeado de las mismas personas; había algo especial en ese día sin embargo, hablaría con quien ha sido su pareja durante meses después de tanto tiempo sin verse y estaba anticipando la hora, contando los minutos incluso. Su motivación para terminar la pila de pendientes se encontraba en otra ciudad y faltaban, según sus cuentas, 320 minutos para que todo su trabajo valiera la pena.

Los post-it en su monitor fueron desapareciendo uno a uno, los archivos desordenados del lado izquierdo comenzaron a estar correctamente apilados de su lado derecho, su taza de café ya había sido llenada seis veces, pero ahora sólo faltaban 50 minutos para al fin sentir la tranquilidad de volver a verle.

Aún quedan cuarenta minutos y, aunque había perdido la noción del tiempo mientras trabajaba, ahora no había nada qué hacer, y diez minutos se sintieron como diez horas antes de que pudiera firmar su salida en la oficina. Tanta prisa había en volver a casa que no caminaba ni corría, sino volaba a través del recibidor de la empresa, su mirada fija en la puerta y pobre de quien le hablara porque nadie existía en ese momento, todo lo que pensaba el joven era llegar pronto a la parada de autobús para que la media hora restante de camino pasara más pronto.

Al dar un paso fuera de la empresa, notó una multitud inusual de personas, todas ellas observando un coche negro, antiguo pero bien cuidado, que se encontraba estacionado justo frente a la puerta. Los varones admirando el auto, y las mujeres comiéndose con la mirada al hombre que estaba recargado en él; Il Hoon lo creyó muy soberbio y presuntuoso y sólo le estorbaba para caminar. Veinticinco minutos, debía darse prisa si quería llegar pronto a casa, caminó sin importarle empujar a unos cuantos, dispuesto a llegar a la parada de autobús antes de que éste llegara, viendo de reojo aquél chico -presuntamente dueño del lujoso coche-. "Yo podría tener uno así" pensó sin dejar de moverse. Para su gracia o desgracia, debía pasar frente a aquél hombre para llegar a su destino, de pronto se sintió intimidado por aquél cabello oscuro, los hombros anchos y su ropa impecable, parecía un ídolo de esos que salen en la televisión, "afortunado quien lo tenga" se dijo y, después de un suspiro para darse ánimos, pasó frente a él.

El dueño del coche, quien hasta ahora había estado mirando la pantalla de su teléfono celular, se percató de la mirada del muchacho y lo veía casualmente por el rabillo del ojo, intentando evitar sonreír ante lo que estaba presenciando, realmente no le reconocía y eso le parecía divertido y decepcionante al mismo tiempo. Cuando el más joven pasó frente a él, tomó su muñeca provocando que se sobresaltara, el muchacho volteó instintivamente, con el ritmo cardiaco agitado por la sorpresa, él no sabía quién era el pelinegro, y mucho menos entendía por qué le tomaba la muñeca. Fue entonces cuando el mayor alzó la cara y bajó el aparato, mirando justo a los ojos de Il Hoon, éste último al percatarse de la identidad del hombre se quedó perplejo, sus ojos que siempre habían sido pequeños cual asiático se abrieron de par en par y su boca se abrió ligeramente, no tuvo palabras para decir, su mente estaba en blanco.

Im Hyun Sik, ese era el nombre del hombre dueño del auto y, curiosamente, era también la razón por la que Il Hoon caminaba con tanta prisa.

Sabía que corría el riesgo de no ser reconocido al presentarse de esa manera, pero estaba muy emocionado por que su chico lo viera vestido así, presumiendo ese coche que tanto trabajo le costó conseguir. Él había visto al menor desde el momento en que salió del edificio, pero quería saber si lo reconocería con esa pinta. Su sonrisa se amplió al ver el rostro de su chico, pálido, sorprendido, pero demasiado atractivo para su propio bien.

Ninguno de los dos dijo nada: el menor por la sorpresa y el mayor por discreción. Hyun Sik haló a su pareja hasta la puerta del lado del copiloto, la abrió para él y le hizo entrar suavemente, el chico de tez clara no apartaba su mirada de quien al parecer era su novio, en su mente giraban pensamientos como "él no debería estar aquí" y "¿En serio es la misma persona?". En un instante, el mayor ya estaba arrancando el coche, y el sonido del motor arrancó no sólo el auto, sino también el cerebro del más chico.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2018 ⏰

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