Para ti, mi intento número sin cuenta.

I. SOLTAR

Decidí no contar la misma historia otra vez, avanzar sin mirar aquella piedra de la cual me aferre, a pesar de tropezarme con ella una y otra vez. Que si de algo sirvió todo el cambio que viví estos últimos meses, que sirvan para comenzar de cero.
Construir nuevas bases, unas más fuertes, porque el terremoto que llegó a mi vida, llegó para no irse jamás, para tumbar una y otra vez aquello que no sirva. Que no le sirva, gracias terremoto por llegar a mi. Lo necesitaba.
Gracias por hacerme más fuerte, más paciente, más tolerante por enseñarme a soltar, y claro también a aferrarme a lo bonito de la vida.

Me siento como en un viaje en globo, mareada, algo asustada pero con ganas de volar más alto y para eso solo hay que seguir soltando todo lo que pese, así como en nuestra vida soltar lo que no nos permita avanzar, volar más alto.
A veces creemos que no existe algo más allá de eso, que no es posible. Y si, la paz  que uno encuentra liberándose de falsas amistades, relaciones tóxicas, presión social, hay que amar sin ataduras, sin estratos sociales, sin racismos, aceptando nuestros defectos y los de los demás, el amor se basa en mejorar, no en cambiar.

De verdad que la felicidad es tan escurridiza, es como cuando buscamos las llaves de la casa y las tenemos en la mano. Así mismo pasa con nuestra felicidad, no sabemos que ya somos felices hasta que empezamos a buscarla, pero sobretodo a valorarla.

Hay que valorar cada sonrisa, cada sacudida, cada segundo que pasa porqué este jamás vuelve, nos apresuramos tanto en las cosas que no nos tomamos el tiempo de disfrutar de las que ya tenemos, nos preocupamos tanto por lo que no tenemos que no nos damos cuenta de lo que nos rodea.

Nuevamente gracias por sacudirme hasta destruirme, a obligarme a reforzar mis cimientos, por ti hoy soy mejor persona.

Esto es para ti, mi terremoto.

No se si algún día esto llegue a tus manos, o leas esto que hoy estoy escribiendo gracias a lo que me haces sentir, espero y si. O quizá, tal vez... Mejor no.

Con amor, Ellep Nora.