El Monólogo del Chico Malo. [Jongho]

Una mala semilla.

En el momento en el que el puño de Minho choca contra la piel cubierta de acné del joven, hay un crujido sordo que resuena a través de las paredes agrietadas del baño, y el chico pequeño gime ruidosamente. Hoy Minho es implacable — es solo uno de esos días en los que siente que debe golpear repetidamente su puño contra la cara de alguien solo porque hace tiempo que no lo hace.— 

Levanta el puño una vez más y lo golpea de nuevo, esta vez en la nariz y el chico grita, las lágrimas caen por su rostro constantemente. Minho puede escuchar los pequeños gemidos y suplicas atrapados en su garganta y decide que tal vez por hoy es suficiente. Arroja al chico bruscamente sobre las baldosas sucias inesperadamente, como si de algún modo hubiera sido electrocutado. El chico —un desgarbado, estudiante de diez  — tose patéticamente, con los pulmones agitados por el esfuerzo. Minho se ríe, pone los ojos en blanco y camina hacia el fregadero para lavarse las manos. Mira su reflejo en el espejo, usando su mano derecha ahora húmeda para apartar su cabello castaño, sonriendo levemente. Sin embargo, la respiración del niño lo distrae y Minho entrecierra los ojos ante la figura desplomada en el suelo. Sus ojos se estrecharon aún más cuando recordó la manera en la que el joven se burló de él con sus amigos cuando pensó que Minho no estaba escuchando. "Oye, mira ese bicho raro." Minho se sacude el exceso de agua de sus manos, pensando que se lo merecía. Pasa por encima de la figura que todavía se encuentra inmóvil y sin gracia. "Oye" le llama una vez que está parado en la entrada del baño. Los ojos del chico se abren mientras lo mira y el miedo sobrepasa por completo sus facciones, su flequillo negro enmarañado en su rostro. La sonrisa de Minho se ensancha "Quizás la próxima vez deberías decir cosas buenas sobre tus hyungs".

Minho se ríe para sí mismo mientras el niño se queja.