De no haber sido por el terapeuta 24/7 del programa Charles habría dejado el experimento la misma noche de bodas (bueno eso y el contrato legal) y aunque al parecer todo había sido un absurdo malentendido por culpa del regalo de su hermana y al final ambos se habían disculpado, el haberse perdonado no significaba que Lehnsherr pudiera dormir en la cama junto a él, esa noche o la noche siguiente o la siguiente a ésa.
Charles despertó poco antes del amanecer algo desubicado sobre el lugar en dónde se encontraba, frotó sus ojos y dio un largo bostezo antes de recordar que se encontraba en su "luna de miel" con aquel extraño y pervertido hombre cuyo cuerpo ocupaba todo el largo del sillón, no movió un dedo más hasta asegurarse de que aquella gigante masa de músculos y cabellera cobriza seguía inmóvil. Observó la forma en que las sábanas subían y bajaban lentamente sobre el lugar donde debería estar el pecho del otro y después de un par de minutos se levantó en puntillas para dirigirse al baño. ¿Se habría equivocado con esto? Se reprendió a sí mismo por ser tan pesimista, era apenas el segundo día y si quería que funcionara tendría que poner de su parte, a fin de cuentas los habían hecho pareja por alguna razón. Un par de horas después el repentino movimiento en la pequeña sala advirtió a Charles de que su esposo recién despertaba.
—Buenos días—saludó fingiendo tranquilidad al tiempo que apartaba la vista del libro que tenía entre las manos.
Su esposo respondió el saludo en medio de un bostezo.
—He pedido el desayuno, espero que sea de tu agrado—dijo mientras jugeteaba con el borde de las páginas.
—No soy muy exigente con eso—respondió Erik dirigiéndole una fugaz sonrisa mientras rebuscaba en su equipaje —Gracias.
Hubo un largo silencio interrumpido sólo por el leve murmullo de Lehnsherr enumerando qué le hacia falta tomar, y el sonido de los objetos siendo removidos dentro de su maleta. Charles pretendía haber reanudado su lectura pero había pedido toda concentración y en realidad observaba fijamente cada uno de los movimientos del otro sobre el borde del libro, Erik tenía un cuerpo bastante atlético para un jardinero, aunque Charles no había conocido a muchos jardineros para afirmar algo así, y aunque ése fuese un gran atractivo para muchos, no lo era para él. Charles prefería los cuerpos más "naturales" si podía decirlo así, además había algo salvaje quizá hasta peligroso de una manera disimulada en la mirada del otro que le ponía los nervios de punta. Era una mirada similar a la de Logan cuándo recién se habían conocido, y Dios sabía que había sido un época muy dura, pero Erik no era Logan.
Mientras Erik se estaba duchando había llegado un regalo de bodas de parte del programa y junto a el habían llegado también dos de los camarógrafos, Darwin y Scott. Charles agradeció grandemente que ninguno de los dos hiciera preguntas incómodas sobre la noche anterior, Scott se enfocó en colocar el equipo mientras Darwin hablaba sobre cómo su sobrina le había obsequiado una marco de fotos hecho de macarrones.
Un Erik recien afeitado salió del cuarto de baño, vestía una camisa hawaiana de colores chillones y un par de pantaloncillos cortos, saludo a ambos chicos y después se sentó junto a su esposo, olía a rosas y eso a Charles le hizo algo de gracia, Erik le miró confundido y aunque no dijo nada si le dedicó una gran sonrisa.
-Bien, tortolitos qué les parece si comenzamos a grabar—dijo Scott poniéndose en pie al mismo tiempo que su compañero. Darwin les acercó el obsequio a la pareja para después tomar su lugar.
—¿Quieres hacer los honores?—Preguntó Erik.
Charles tomó la pequeña caja, quizá con más efusividad de la quiso demostrar, y rasgo el envoltorio cual niño la mañana de navidad, dentro había una carta y dos pasajes de abordar. Erik alcanzó la carta y la leyó en voz alta:
"El programa matrimonio a primera vista, como regalo de bodas les obsequia a la nueva pareja una estadía de 6 días y 5 noches en Florianópolis... Brasil".
Charles no pudo evitar soltar un grito de entusiasmo, pues otra cosa de la de que se arrepentía grandemente era el no haber viajado lo suficiente. Debido a la emoción del momento Charles no se había percatado de que en medio de la celebración le había tomado la mano a Erik hasta que sintió el frío peso del anillo del otro, en cuanto cayó en cuenta le soltó con la excusa de tomar los pasajes de abordar, definitivamente Erik lo había notado pues su sonrisa se volvió amarga.
Los camarógrafos se despidieron y el desayuno no tardo en llegar a la habitación, waffles de avena, huevos, frutilla, café y jugo de naranja. Cada uno se sentó en extremo de la mesilla, Charles extendió el periódico que había ordenado junto al desayuno y se dispuso a leer las noticias del día, Erik por su parte parecía estar jugando con la frutilla.
—Si no te apetece podemos pedir otra cosa—Dijo Charles bajando el periódico un poco para observar a su compañero.
—No, no, esta bien—contestó el pelirojo evitando el contacto visual con el otro.
—En serio, lo siento, no debí ordenar sin preguntarte antes pero no tienes que comerlo si no te apetece.
Erik alzó la mirada un segundo y volvió a bajarla, bufo levemente, tomó su plato y su silla y la llevo más cerca del oji azul para sentarse a su lado. Charles dejó de lado su periódico y le observó inquisitivo, una mirada que cientos de sus exalumnos le habían ayudado a perfeccionar.
—Yo, lo siento mucho— soltó Erik con pesar —Sé que ya lo dije, pero realmente estoy muy avergonzado por lo de... Lo siento.
—Esta bien, fue en un malentendido—contestó Charles incómodo de recordar aquel vergonzoso episodio.
—Sólo quiero que sepas que no volverá a pasar y que no soy una clase rara de pervertido, es sólo que hace mucho que no salía con alguien y— Erik se interrumpió, desvió la mirada a un costado sólo para posarla de nuevo en aquellos relucientes ojos —Me gustas. Me gustas mucho y... Lo siento.
Charles sabia que era el momento justo para que él dijera que a él también le atraía pero no quería mentirle en la cara y tampoco quería dañar su autoestima así que sólo sonrió y tomó su mano, "esta bien". Por la mirada del otro Charles supo que estaba siendo muy rudo.
—Todo éste proceso es extraño y creo que es normal que cosas extrañas pasen... sólo tenemos que conocernos un poco mejor y todo fluirá más naturalmente — Agregó recordando las palabras que le había dicho el terapeuta la noche anterior.
Eso pareció funcionar pues el semblante de Erik se relajo.
—Tienes razón— Dijo al tiempo que depositaba un beso en la mano del otro para después soltarla y dedicarse a engullir su desayuno.
El teléfono de Charles sonó y debido al característico sonido que la rubia misma había configurado supo exactamente de quién se trataba y si antes estaba molesto con ella ahora estaba furioso. El mensaje fue corto pero bastante claro "¿Cómo estuvo?" seguido de un emoji de una berenjena. La iba a matar.
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Matrimonio a primera vista
Hayran KurguCharles es un profesor con multiples doctorados colgados en la pared, tiene dos perros y unos amigos estupendos sin embargo hay algo que le ha faltado todos estos años, el amor. Es por ello que decide participar en el reality show "matrimonio a pri...