— ¿Te crees que soy un maldito reposabrazos o qué, imbécil?— espeté, intentando zafarme del agarre de aquel chico de piel algo más oscura que los demás.
El chico curvó sus labios al mismo tiempo que retrocedía un paso hacia detrás, pero su sonrisa duró bastante poco. En un instante y sin saber muy bien cómo, su mano derecha había alcanzado mi brazo izquierdo, el cual se retorció hacia la espalda de tal manera que no podía moverme ni un centímetro. Sin darme tiempo para reaccionar, todo mi cuerpo dio una vuelta completa sobre el aire, cayendo de golpe y de espaldas hacia detrás, causándome un dolor punzante en toda la parte trasera de mi cuerpo. Cerré os ojos y me mordí la lengua, conteniéndome de no romper el puto cráneo a aquel gilipollas.
— Pues vaya sustituto de mierda os habéis ido a buscar, no me ha hecho falta ni usar los neu-
Sin dejarle terminar la frase, arqueé mi dolorida espalda y me incorporé de un rápido y enérgico salto, cogiendo el arma que había en la cartuchera de la rodilla de Chen. Con habilidad, la saqué y apunté a la rodilla del chico, apretando el gatillo al instante sin ni siquiera dudarlo. Algo parecido a un dardo con un líquido amarillento en su interior salió del cañón de la pistola, impactando contra la rodilla del idiota que me había tirado antes al suelo haciéndome una llave. Esa especie de dardo se incrustó en su carne, haciendo que el chico se tirara al suelo agarrándose el muslo y soltando quejidos del dolor. Bajé el arma y miré a Suho, quien me observaba con un brazo cruzado y la otra mano tocándose el mentón. Soltó una risilla burlona y dio un paso hacia el chico que estaba tirado en el suelo, desincrustándole el dardo de la articulación.
— Eso te pasa por hacer el memo, Kai — soltó Suho entre risas. Elevó la mirada hacia mí, elevando aquel dardo. — . Neuroestimuladores, produce el mismo dolor que una bala multiplicado por cinco durante más o menos tres minutos y medio. — Lo lanzó y se reincorporó, ayudándose de sus piernas. Caminó hacia mí de nuevo e hizo una sonrisa fingida, agachándose al instante. Apoyó sus falanges en el suelo y rodó la pierna, intentando que yo cayera al suelo de nuevo. Antes de que su extremidad pudiera alcanzarme, pegué un salto hacia arriba y retrocedí hacia detrás de nuevo, evitando caer.
— ¿Qué coño te pasa, eh? — pregunté de mal humor, tirando el arma al suelo.
— Esta vez ha sido un neuroestimulador, pero si hubiera sido una bala de verdad podrías haberle dejado cojo. — respondió Suho, levantándose y retirándose el pelo hacia detrás con ambas manos.
— Suho, ha empezado Jongin. — intervino Baekhyun, poniéndose delante de mí frente al líder.
— ¿Así que defiendes al chico nuevo, Baek? — dijo ese tal Kai, levantándose del suelo con ayuda de Chen.
— Cállate — Suho dirigió la mirada hacia el chico que ahora estaba de pie, cortante. — . Eres tú quien ha causado que Chanyeol te disparase, te has metido en el lío tu solito.
— No entiendo de qué va todo esto ni quién eres, pero me trae sin cuidado. — solté.
— ¿Quieres saber quién soy? — preguntó, sonriendo ladino y desafiante.
— Claro, ilumíname. — bufé.
— Suficiente — espetó Suho, lanzando una mirada hiriente y afilada hacia Kai. — . Chen, ve con Jongin a recargar las municiones de las lanzadoras de neuroestimuladores, explosivos y armas de fuego.
— ¿Con Kai? — preguntó Chen, confuso. Miró hacia los lados y gopeó con su puño la palma de su mano izquierda, como si hubiera entendido algo de repente. —Espera, eso quiere decir que... ¿se viene con nosotros? — tragó saliva, provocando que su nuez subiera y bajara de forma notoria.
— ¿En... serio? Voy a ser... ¿reincorporado? — intervino el moreno, mostrando un brillo que denotaba ilusión en sus ojos rasgados, de un color azul grisáceo en el que antes no me había fijado.
—Ve antes de que cambie de idea, Jongin — advirtió el líder, frunciendo el ceño e intentando ocultar una sonrisa demasiado obvia. — . Lay, tu te vienes conmigo a escoger las armas blancas y a ajustar el visor de tu fusil.
— Entendido — respondió en seguida. — . Suho, ¿no viene Baekhyun con nosotros como siempre? — ladeó la cabeza. Mi mirada se dirigió hacia Baekhyun, quien ahora estaba apretando ambos puños con la cabeza agachada en dirección al suelo. Parecía no estar escuchando nada de lo que estaban discutiendo sus compañeros.
— Baekhyun — pronunció Suho, dando un paso hacia delante y colocando su mano derecha sobre el hombro de éste, revolviendo su cabellera con la otra mano — , tú irás con Chanyeol.
— ¿Conmigo? — sacudí la cabeza. — ¿A dónde tengo que ir?
— Baekhyun — el líder apretó su hombro con más fuerza, provocando que el castaño alzara la mirada lentamente hacia él, frunciendo el ceño —, tu pareja de operaciones será Chanyeol de ahora en adelante. Id a la zona de vehículos y muéstrale las opciones que tiene después de darle el chaleco antibalas y las cartucheras.
— Sí, líder... — tragó saliva y asintió, dándose la vuelta hacia mí e indicándome que le siguiera.
Sin decir una sola palabra más, fui detrás de él mientras atravesábamos aquella oscura sala. Todo seguía siendo gris; ni siquiera los azulejos del suelo se salvaban.
Suspiré, dejando de mirar hacia abajo y dirigiendo mis orbes al frente, concretamente hacia Baekhyun, quien caminaba dos pasos por delante de mí. Sus piernas parecían ser delgadas y débiles, pero si te fijabas apropiadamente, no lo eran tanto. Esos pantalones le quedaban un poco justos, haciendo que sus músculos se marcaran aunque no fuese de forma exagerada. Su espalda era recta y estrecha, de complexión delgada. La piel que se dejaba entrever entre el tejido de la chaqueta y su cabellera era totalmente pálida, de aspecto terso. Mis ojos recorrieron cada centímetro de su nuca, hasta que dieron con una línea de color negro sobre ella que se escondía entre su corta melena y la tela de su ropa. No podía distinguir muy bien la forma que ese tatuaje que reposaba sobre su piel hacía, y la verdad es que la curiosidad me estaba matando. Sin que se notara mucho, di un paso más largo de lo que acostumbraba hasta caminar ahora a menos de diez centímetros de distancia de él. Alcé la mano para retirar la chaqueta y poder ver así el tatuaje completo, pero su parada en seco me hizo meter las manos en los bolsillos de nuevo intentando disimular.
—Ponte esto—dijo, lanzándome lo que parecía ser un chaleco antibalas que previamente había cogido de algún lugar en el que no me había fijado. Se puso el que sostenía en la otra mano y se giró, señalando a una puerta que había justo a mi lado. Movió la cabeza hacia delante, invitándome a pasar. Ambos atravesamos aquella puerta, encontrándonos con una sala llena de motos diferentes, coches lujosos y camionetas blindadas completamente negras con los cristales tintados. Abrí los ojos tanto que pude notar por un instante como mis globos oculares empezaban a secarse. —. Cierra la boca, que te van a entrar moscas. —rió.
—No veo treinta motos de último modelo, veinte coches de última gama y furgonetas blindadas todos los días, ¿sabes? —bufé.
—Elige, pelirrosa. —sonrió ladino.
—Que es azul, melenitas daltónico. —dije de mala gana, poniendo los ojos en blanco.
Di una vuelta alrededor de toda la sala, pasando mis yemas sobre todos los asientos de las motos hasta llegar a una vespa que llamó mi atención. Era de color azul eléctrico, y tenía aquel símbolo de Wild color vino justo en la parte delantera, debajo del manillar. Me iba a subir a la moto cuando la voz del líder me sacó de mis pensamientos, resoplando mientras me dirigía donde mis compañeros estaban ahora, formando un semicírculo.
—Chicos, ¿entonces tenéis clara la misión? Es muy importante, no tenemos que cagarla. —aclaró Suho.
—Lo sabemos, no podemos fallar. —intervino Lay, apoyado sobre su fusil.
— ¿Qué misión es y de qué trata? —pregunté, confuso.
—Infiltración y rescate.—respondió Kai, como si nada hubiera pasado una hora atrás.
— ¿A quién hay que rescatar? —inquirí, con curiosidad.
—A Do Kyungsoo. —espetó Baekhyun.
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Monster. [EXO- Park Chanyeol]
Fanfiction¿Por qué no lo dices? Ya estoy acostumbrado, no me importa. Estoy roto, vacío. Dentro de mí no queda nada, si tú lo dices no va a sonar diferente a cómo lo dicen los demás. No tengo miedo, ódiame si quieres. Siéntete asqueado, repugnado por mí si es...